Título original: Sliders
5 temporadas. 87 episodios
Estreno USA 1995 por el canal Fox TV, a partir de la 4ª por SciFi Channel. Emitida en España por La 2 de TVE y por Calle 13
Creadores: Robert K. Weiss y Tracy Tormé
Interpretes: Jerry O'Connell (Quinn Mallory), Sabrina Lloyd (Wade Kathleen Welles), Cleavant Derricks (Rembrandt Lee Brown ), John-Rhys Davies (Profesor Maximilien P. Arturo), Kari Wuhrer (Capitan Margaret Beckett, "Maggie")

La serie que hoy traemos a esta columna es una rareza dentro del mundo de la ciencia-ficción seriada. Rareza porque, que yo sepa, es la primera y única que trata, como eje de su argumento, sobre universos paralelos. Los universos paralelos han gozado de cierta predilección en la literatura de género. Obras como Un anillo alrededor del sol (Clifford D. Simak), Los propios dioses (Isaac Asimos), Universo de locos (Fredric Brown) o El enfrentamiento (Juan Carlos Planells) son algunas de las que pueden citarse en ésta temática. En el cine, El único es una película que trata los universos paralelos de una manera singular.

Esta teoría de los universos paralelos fue enunciada en 1957 por el físico Hugh Everett:

"Si las ondas de las partículas son de hecho ondas de probabilidad y éstas, a su vez, constituyen una función organizadora en la mente de los científicos, ¿cómo puede explicarse el hecho observable de que las probabilidades se interfieran entre sí de alguna manera, exactamente como las formas de las ondas físicas? Everett sugirió que si esta mutua interferencia puede ocurrir realmente, eso prueba que ambas posibilidades existen en la realidad. Empero, debido a que es imposible que las dos se manifiesten al mismo tiempo en un solo universo, la lógica nos dicta que debe entonces existir un segundo universo en el cual se desarrolla la segunda posibilidad."

(Del artículo "¿Dónde está la frontera entre la ciencia ficción y lo fantástico?", por Eduardo Frank, aparecido en Axxón)

Esas posibilidades de coexistencias de universos donde las cosas son distintas se ponen de manifiesto en esta serie de producción norteamericana. Lo que para la física teórica es sólo una posibilidad, en la televisión se convierte en realidad. Tambien se evidencia que la imaginación de los guionistas es bastante limitada, ya que los universos visitados son esencialmente iguales al nuestro, variando sólo pequeños detalles que son los que aportan la "gracia" a esta serie.

La historia es sencilla: el joven estudiante universitario Quinn Mallory desarrolla un experimento que le permite, mediante la creación de lo que denomina puente Einstein-Rosen-Podolski, pasar a mundos (universos) paralelos. Con la ayuda del profesor Arturo, un físico, una compañera, Kathleen Welles, y un personaje "gracioso" como el cantante de segunda Rembrandt Brown, que se ve envuelto en el experimento sin comerlo ni beberlo, comenzarán a efectuar un periplo por diversos mundos diferentes al nuestro. El problema que se les presenta es que no pueden volver al universo originario ya que han perdido sus "coordenadas". El viaje se produce con un gracioso mando a distancia que tampoco pueden controlar a su antojo ya que, averiado en el primer viaje, les impide controlar a dónde van y cuándo va a volverse a abrir un nuevo puente. Lo único que saben es el tiempo de permanencia en el nuevo universo.

El esquema repetitivo de todos los episodios consiste en situar a los personajes ante un contraste, una contradicción entre lo que conocen y lo que es ese nuevo mundo. Los guiones se esfuerzan en buscar alteraciones en la historia de lo mas pintorescas. En algunos episodios, éstas son menores, y en otros, enormes cambios históricos. Los protagonistas irán pasando por estos mundos desquiciados y se implicarán con algunos de los habitantes de esos mundos. Como parece lógico, en muchos de esos mundos paralelos nuestros protagonistas se verán a ellos mismos, aunque en versiones ligeramente diferentes. En unos mundos Quinn es una mujer, en otros el profesor Arturo es un auténtico trepa y en uno más Rembrandt es un cantante de fama mundial, o incluso un rey.

La variedad de escenarios se hace interminable. Los "deslizadores" se desplazan a infinidad de variedades de nuestra Tierra: así llegarán a un mundo hippie, uno sin enfermedades (sus habitantes son fanáticos de la higiene), un mundo femenino (donde gobiernan las mujeres), una Tierra mística, y a un mundo invadido por seres que parecen extraterrestres. Este episodio será el origen de una serie de ellos en los que aparecerán los kromaggs, una raza de monos de otra tierra paralela, que han evolucionado y poseen la tecnología del deslizamiento.

La serie cambia bastante a partir de la tercera temporada. Es de suponer que el agotamiento de los actores hizo que el profesor Arturo dejara la serie mediante el consabido truco de guionista de matar al personaje. En el episodio "El éxodo" se produce la muerte de Arturo y se incorpora al equipo un nuevo personaje, la capitana Maggie Beckett. En el episodio 25 de esta temporada desaparecerá tambien Wade, que será raptada por los kromaggs.

La cuarta temporada está mas construida sobre la base de la ciencia ficción. Los invasores kromaggs aparecen en seis de los episodios y un hermano de Quinn, procedente de un mundo amish, se incorporará al equipo de deslizadores.

La serie llega a cansar por la reiteración de las misma situaciones de peligro en las que se ven envueltos los protagonistas en todos los episodios. El atractivo de ver sociedades con una evolución diferente llega a volverse repetitivo cuando a los guionistas ya no se les ocurre qué inventar. Después de visitar sociedades en las que los ingleses dominan América, y su "municipales" visten kilt, o ver cómo Estados Unidos es una colonia egipcia y cientos de otras curiosidades, y perdida la gracia de la primera sorpresa, la serie se torna aburrida, esperando siempre el salto de último momento que apartará a los protagonistas del peligro. No obstante, se puede pasar un rato agradable contemplando alguna de las ideas francamente divertidas que se desarrollaron para la serie.

Archivo de La Bola de Cristal