[ portada ] [ reseñas ] [ opinión ] [ artículos ] [ recomendados ] [ nosotros ]
Esto no es todo
Esto no es todo
Quino
Editorial Lumen, 2001

Dicen que detrás de todo humorista hay un filósofo. De lo que no cabe duda es que, por lo menos, debe haber un gran observador: a fin de cuentas, muchas veces el humor tiñe de ironía la tristeza y el absurdo de lo cotidiano.

Quino, nombre de guerra de Joaquín Lavado, es mucho más (y nada menos) que el creador de Mafalda, una de las obras cumbre del cómic de todos los tiempos y quizá la tira que se adelantó al boom de la historieta en España y marcó a toda una generación. A principios de los años setenta (aunque la nostalgia de Mafalda y sus amigos todavía nos dure) Quino cerró ese episodio de su vida artística y continuó su trabajo como creador de historietas sin personaje fijo, sacrificando a la niñita argentina y su grupo de escolares de mentalidad perfectamente definida por el colectivo humano como blanco de sus reflexiones.

El sol de Mafalda, en ocasiones, nos ha deslumbrado a la hora de reconocer la categoría artística (e, insisto, filosófica) del hombre que había detrás. Un error que este bello libro que edita ahora Lumen, adecuadamente llamado Esto no es todo puede subsanar para las generaciones presentes y futuras. A imagen y semejanza del Todo Mafalda que hace unos años pretendía recoger en un solo volumen todas las tiras ya anteriormente publicadas como cuadernillos apaisados, este libro recopila los distintos álbumes que Lumen había ido publicando a lo largo de varias décadas. Por si lo dudábamos (que no lo dudamos), el libro nos ofrece una magnífica unidad de pensamiento y visión de su autor, que acerca sus lápices y su mirada a veces sarcástica, a veces crítica, a veces ingenua y a veces surrealista, siempre poética, al ser humano en sociedad, con sus contradicciones, sus tics y sus manías y miserias. La religión, la muerte, los impuestos, el amor y el sexo, el matrimonio, la niñez, la guerra, la oficina, el individualismo y el colectivismo, la medicina, el capital, la vejez, la pobreza, el arte y la ciencia, todo es sometido a la visión lúcida y feroz de un autor que, por si fuera poco, es un maestro del dibujo y lo mismo cuenta una historia en un solo panel con profusión de pequeños detalles que recurre a la serie de tres o cuatro viñetas donde se narra un acontecimiento jocoso, bien sea mudo o con palabras. La visión de Quino es atemporal y al mismo tiempo rabiosamente contemporánea, extraterritorial, mágica. Siempre por delante de los ojos del lector, que puede y debe volver a las viñetas para captar un gesto sutil o, simplemente, para entender el detalle en la masa que desencadena el chiste, Quino pertenece a esa rara especie de cartoonists que dejan su huella en su obra y que, aun teniendo paralelismo con otros coetáneos, impregna de un fuerte personalismo su trabajo.

Un acierto en la edición y una excelente manera de llevar a primer plano a quien es sin duda uno de los mejores humoristas en español del siglo XX.

Ahora sólo falta que cunda el ejemplo y volvamos a recuperar en libros similares, como antaño, todos esos chistes de prensa diaria que han cultivado otros excelentes narradores gráficos como Forges, Mingote, Chumy Chúmez (del que acaba de publicarse una antología imprescindible) o Ramón, cuya vocación de periodistas de primera línea y chiste diario en ocasiones perjudica su no menos importante labor de testigos de nuestro tiempo.

Rafael Marín

[ portada ] [ reseñas ] [ opinión ] [ artículos ] [ recomendados ] [ nosotros ]