Indudablemente, Terry Pratchett es un escritor de mucho talento. Más de veintiséis novelas de su serie del Mundodisco y sigue produciendo pequeñas joyas como The Truth. La vigesimoquinta novela de la serie del Mundodisco es un libro enormemente divertido, de esos que se leen de un tirón. Una novela que te arranca esas carcajadas ruidosas e histéricas que hacen que todo el mundo te mire, y que además tiene el descaro de reflexionar sobre un tema tan importante en la sociedad moderna como es el periodismo, el llamado cuarto poder.

En principio escribir un buen libro del Mundodisco parece fácil. La formula a seguir está clara. Cójase un tema. A ser posible, amplio y general, que dé un poco de juego. Ejemplos, Hollywood y las películas (Imágenes en acción), la religión (Dioses pequeños), las brujas y la brujería (Ritos iguales), Egipto (Pirómides), etc. Sitúese la novela en el Mundodisco, con sus leyes incoherentes, su Tortuga gigante y sus cuatros Elefantes y su Ankh-Morpork. Añádanse unos pocos personajes ya conocidos por el publico, para dar ambiente. Siempre viene bien nombrar al Patricio, al oraguntan-bibliotecario, a Y-Voy-A-La-Ruina Escurridizo y a unos cuantos miembros de la Guardia. Créense unos personajes divertidos e interesantes, que podrán ser reutilizados en sucesivas entregas de la serie. Sazónese todo con unos pocos gags visuales, un puñado de chistes aquí y allí, escóndase alguna reflexión más o menos seria, y salpíquese todo con muchos retruécanos, muchos juegos de palabras y muchos dobles sentidos. Y voilà. Una nueva novela del Mundodisco. Y lo extraño es que Terry Pratchett consigue siempre una calidad media realmente envidiable.

The Truth gira alrededor del periodismo, y más en concreto alrededor de William de Worde, el primer periodista del Mundodisco. El señor de Worde se gana la vida escribiendo esporádicamente una pequeña gacetilla con las noticias mas interesantes de Ankh-Morpork y enviándosela a los cuatro o cinco dirigentes extranjeros interesados. Cuando en su camino se crucen unos enanos con una revolucionaria imprenta de tipos móviles y se encuentre siendo el creador y editor del primer periódico del Mundodisco su plácida vida se verá irremediablemente alterada. Y si a todos los peligros que conlleva el incipiente periodismo se le añade un supuesto crimen cometido por el propio Patricio y la obsesión de William de Worde de solucionar este asunto desde las páginas de su periódico, los problemas, y la trama, están servidos.

Terry Pratchett es capaz de construir personajes muy interesantes con dos pinceladas. Y parece que en ésta, la novela de aniversario, se ha esforzado especialmente. The Truth está poblada de grandes personajes. Empezando por William de Worde, al que vemos transformarse poco a poco desde un hijo de papá apocado hasta el periodista cínico que conoce muy bien el poder de su periódico. Siguiendo con Sacharissa, la primera periodista del Mundodisco, que se libera también a lo largo de las paginas, aportando el subtexto romántico de la novela. Y terminando con lo mejor de The Truth, y normalmente lo mejor de las novelas el Mundodisco: los personajes secundarios. Impagable el vampiro-fotógrafo que se convierte en polvo cada vez que hace una foto por la luz del flash. Por no mencionar al enano Goodmountain, a la pareja de asesinos Mr. Tulip y a Mr. Pin, al confidente perruno Deep Bone, a Vimes, al zombi de profesión abogado Mr. Slant, etc., etc. Maravillosos.

Pratchett, a pesar de tener como principal objetivo hacernos reír, utiliza esta novela para ofrecernos unas reflexiones muy a tener en cuenta sobre el mundo de la prensa y todo lo que le rodea. El poder del periodismo, la influencia del poder político sobre las noticias, la interferencias, ya sea chantaje o violencia, sobre el periodista, la necesidad de un respaldo económico, la prensa amarilla y la búsqueda de la objetividad, la creación de la opinión publica... Todo es tratado por Pratchett de forma fresca y siempre al servicio de la trama y tremendamente divertida.

¿Defectos? Apenas. The Truth es una de las novelas mas redondas de la serie. Gracias a una trama compleja pero bastante compacta y a la presencia de unos personajes principales que conducen la acción en todo momento, no se produce ese efecto de dispersión, de improvisación, que afecta a otras novelas de Pratchett. De todas formas, y aunque se sostiene perfectamente por sí misma, hace falta conocer el Mundodisco y haber leído algún libro de la serie para disfrutar de algunos de los chistes. Y por supuesto, para disfrutar de esta novela te tiene que gustar el humor Pratchett, un humor marca de la casa típicamente inglés, muy ligado al lenguaje y a las situaciones absurdas que hastía profundamente a algunos tipos de personas.

En resumen, una novela enormemente divertida y entretenida. ¿Qué más se puede pedir?

Rafael Muñoz Vega