Bolsilibro Erotic Fantasy de lujo
Las editoriales semiprofesionales tienen como objetivo primario servir de puente entre escritores menos conocidos y sus potenciales lectores, ocupando un lugar estratégico que por razones de rentabilidad nunca ocuparían sellos profesionales. Labrarse un curriculum en el difícil mundo editorial resulta entonces menos problemático para estos nuevos valores, algo imprescindible si se pretende dar el salto a objetivos más ambiciosos. Es el caso que nos ocupa: Víctor Conde (autor que tiene pendiente de edición la novela El Tercer Nombre del Emperador en la colección Tau de Equipo Sirius) y la colección Artifex Estelar (especializada en novelas de serie B de autores españoles).
En esta tercera entrega de la colección destaca una atractiva portada de Luis Royo (pese a que el reducido tamaño del volumen no le haga verdadera justicia) que sirve de presentación a las aventuras de Piscis de Zhintra, una suerte de heroína que encuentra su inspiración tanto en la Barbarella fílmica como en la capitana Alice Cooper de la Saga del Orden Estelar de A. Thorkent. Una esclava sexual fugitiva que gusta de andar desnuda por su nave espacial y probarse todo tipo de sugerentes vestidos de diferentes culturas, viajando hacia un planeta de opereta en misión de rescate de su amiga corsaria Destiny; un divertido space opera con un evidente toque pulp y unas gotas de ingenuidad y erotismo.
La novela se inicia, merced a un estudiado planteamiento, justo en el desenlace, por lo que debe recurrir al flashback para explicar el largo y pirotécnico acto final. No obstante, superada la catarsis inicial la acción pierde frescura y se torna rutinaria, aunque sigue primando sobre los elementos descriptivos, los personajes o incluso el propio argumento. En el apartado literario nos encontramos ante un texto sencillo, que emplea un estilo directo, lenguaje llano y diálogos ágiles para conectar fácilmente con el lector; asimismo, la construcción de escenas deja abundantes cabos sueltos y fallos de guión, en aras de un sentido de la aventura no siempre conseguido.
Para lograr la estética pulp el autor utiliza los estereotipos habituales del subgénero: una bella y audaz heroína irresistiblemente atractiva para todas las criaturas de la galaxia, planetas exóticos, poderosas naves estelares, humor grueso, tecnojerga y leyes físicas "peculiares" (como la "física de la ósmosis", usada en saltos estelares), acción trepidante al estilo Indiana Jones (en el momento del clímax, fin de un capítulo e inicio del siguiente), alienígenas antropomorfos regidos por ambiciones netamente humanas (poder, dinero, sexo) que hablan perfectamente... castellano, etc. Sin embargo, coquetea peligrosamente con postulados sexistas (las bellas protagonistas no dudan en sollozar a la menor oportunidad), moralista-maniqueos (el ataque contra el maligno Palacio Catódico servirá para liberar a los incautos videads de su propia prisión) y de doble rasero moral (Piscis se lamenta de que duden de su humanidad debido a su oscuro origen, pero ella misma cuestiona la humanidad de los "lagartos" humanoides de Jaruppa). No es que el pulp deba recurrir al estilo políticamente correcto (sería su ruina), pero sí al menos procurar evitar tales desatinos.
En el balance Piscis se revela como una novela juvenil, primera de una serie abierta, de escasa ambición temática y formal, pero que hará las delicias de un amplio sector de aficionados a la aventura en estado puro.
Mariano Villarreal
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