Créditos
Star Wars. Episodio VI: Return of the Sith
Escrita y dirigida por: Equipo Incógnito
Producida por: Lucas, claro
Música de: John Williams
Intérpretes: los de siempre
Incluye:
Disco 1: Comentarios de George Lucas, Rick McCallum, Ben Burtt, Rob Coleman, John, Knoll, Dennis Muren y Scott Squires
Disco 2: Documental de escenas inéditas, documental de resumen de la producción, multiángulo de storyboards, animáticas y secuencias finales, cinco cortometrajes, doce documentales, vídeo musical, galería de fotos, pósters y campaña publicitaria, trailers y anuncios de TV, cómo se hizo el juego Star Wars: Starfighter, y contenido para DVD-Rom
Formato panorámico (16x9)
Castellano e inglés 5.1 EX
Subtítulos en castellano e inglés.
La película
Dentro
de la moda, propiciada por la popularización del DVD, de producir nuevas
versiones ("director's cuts", "montajes originales",
"versión de la taquillera", etcétera) como quien produce churros, que
en muchas ocasiones, de nuevo tienen más bien poco y huelen sospechosamente a
estrategia para vender dos veces el mismo producto, resulta muy de agradecer
que George Lucas haya puesto manos a la obra para ofrecer en esta ocasión un
montaje realmente original. En una vuelta a los orígenes que le honra, a la vez
que tira por tierra todas las acusaciones de vendido al marketing (que él mismo
acepta como ciertas pero justificadas: necesitaba cubrirse de dólares hasta las
orejas para disponer de los recursos suficientes para completar su idea
original, la "trilogía de trilogías", en total nueve episodios que
conformarán la Mayor Saga Galáctica Jamás Contada), Lucas consigue recuperar el
favor de los fans anticipando el calendario y sacando ahora, sin esperar al
estreno en pantalla grande, el nuevo y definitivo Episodio VI.
En
esta versión puesta al día hay algunas diferencias argumentales, nimias y
sutiles, por lo que convendrá dar una relación de ellas que sirva de
orientación para el espectador, ya que se considerará a partir de su estreno
como el "canónico" de la serie.
Los
aficionados recordarán cómo, al final del Episodio V, las cosas están
feas para el bando rebelde, Luke ha perdido la mano de afeitarse y Han Solo
está congelado en carbonita. En la nueva continuación, el comienzo es similar a
lo ya visto en la versión antigua: el intento de rescate de Han chez
Jabba; pero el argumento se altera en adelante (indudablemente para mejor)
desde el instante en el que se nos escamotea la penosa escena del cuidador del
bicho-gordo-con-el-que-pelea-Luke llorando como un magdaleno, mientras que el
hutt se comporta de una puñetera vez como el señor del crimen que se supone que
es y ordena que a nuestros heroes se les pegue un tiro antes de arrojarlos a la
barriga del saarlac sin darles estúpidas oportunidades deportivas. El plan se
tuerce, sin embargo, debido a la traición de Boba Fett, a quien los rebeldes
han hecho una oferta mejor por la cabeza de Jabba (algo que cumple literal y
creíblemente, no como aquella escenita con la princesa Leia estrangulando a
puro huevo a un tío con el cuello como dos toros, que no había quien se lo creyese).
Además, Fett tiene motivos personales para ayudar a la Alianza, que descubrimos
cuando se quita la máscara y aparece el rostro de Han Solo (el hilo argumental
que presenta el origen de Han como un clon perdido de la línea Fett lo veremos
en el Episodio II, según dicen los extras, pero me estoy anticipando).
Entretanto, Yoda está a punto de palmarla (nada que objetar), Luke no tiene
claro a qué bando apuntarse pero se siente la influencia del Lado Oscuro, al
fantasma de Obi-Wan no le llega el ectoplasma al cuerpo ante los malos
augurios, y el Imperio construye una nueva Estrella de la Muerte en órbita
sobre el planeta natal de los wookies. El motivo de esto último es que el
Emperador, harto de que sus fuerzas de choque pareciesen patos de feria, incluye
en el plan de adiestramiento de los stormtroopers el ser arrojado a un pozo con
una docena de wookies hambrientos y un blaster, y el candidato se declara
"apto" si sale vivo (las nuevas escenas que muestran ésto en detalle,
estremecedoras, han hecho que esta nueva edición no haya podido ser declarada
para todos los públicos, algo con lo que sin duda saldremos ganando en su pase
en salas). Con el resultado que esto conlleva en cuanto a mejoras en la
puntería y motivación para el combate en cada stormtrooper graduado, no es de
extrañar que el primer asalto rebelde para desactivar el escudo de la Death
Star En Obras acabe como el rosario de la aurora (para los rebeldes). Lo mismo
ocurre en sucesivos intentos, hasta que a Leia se le ocurre un plan genial: emplear
a los wookies nativos como carne de cañón por la Alianza, aprovechando que
están que trinan por ser usados como carne de cañón por el Imperio (total, de
perdidos al rio). Chewbacca es encargado de los contactos diplomáticos, que
resuelve favorablemente aplastando el cráneo del jefe wookie y declarándose
kal'ifa en lugar del kal'ifa (jefe guerrero wookie). En realidad el plan
original era usar a Solo como mediador, pero Han lleva encima un mosqueo de
tres pares de narices desde el momento en que Leia le comunicó que está
embarazada de 4 meses, y estando el hombre en carbonita en esas fechas, no le
salen las cuentas; de modo que dice que nones a jugarse el tipo hasta que no lo
vea claro. El espectro de Obi-Wan intenta explicar a Han Solo que no es para tanto,
que cosas así pasan todos los días en el universo, y que, además, eso de la
midicloriana concepción ya lo había visto él antes y al fin y al cabo viene de
familia. Pero Solo (quien definitivamente no tiene el día ni la película:
descongelado, cegado, echado a las fieras del desierto, clonado... y ahora,
esto) dice que ya está bien de tomarle por el pito del sereno, y emigra a Endor
a descapullar ewoks.
La
historia llega a su clímax en el momento en que, tras muchísimas bajas (pero
una carnicería, oiga, menuda exageración), los rebeldes desactivan el escudo
que protege la nueva Estrella de la Muerte, y los cuatro gatos que quedan (en
órbita también han recibido las suyas y las del pulpo) intentan destruirla
usando el sistema ya conocido por todos (son vilmente masacrados: el Imperio
también tomó notas durante la experiencia anterior). Dentro de la Estrella de
la Muerte, entretanto, están Luke, Palpatine y Vader (ex-Anakin) departiendo
amigablemente, con pocas diferencias respecto al montaje que ya conocíamos.
Salvo el detalle de que el Emperador es menos imbécil que en la otra versión, y
cuando Luke está ya bien caliente, en vez de distraerle con tonterías (como
"¡Bien! ¡Déjate llevar por tu ira! ¡Atácame y conviértete al Lado
Oscuro!" y, claro, Luke se da cuenta de lo que está haciendo y se echa
para atrás), le somete a un acoso y derribo tal que Luke se carga por reflejo a
Darth Vader, a Palpatine y a la madre que lo parió (según los trailers, en el Episodio
III se nos justificará la presencia de Padmé Amidala a bordo de la Estrella
de la Muerte. Ardo de impaciencia). Horrorizado por lo que acaba de hacer, y en
un momento en que es particularmente inestable, a Luke se le aparecen Yoda y
Obi-Wan. El problema es que también se le aparecen Darth Vader (en esta versión
no se amaricona, todo un señor del Sith, no faltaba más) y Darth Sidious (o sea
Palpatine, no os liéis), a ver si se iban a creer esos jedis que solo ellos se
sabían el truco. Y pasa lo que tenía que pasar: de tal palo tal astilla, se
cumplen los peores temores de Obi-Wan, Yoda le fríe a collejas ("Advertido
te había, de tercera padawan"), y Luke se pasa a los malos, hereda el
Imperio, se hace sith con el nombre de Darth Scarface, y da como primera orden
que le traigan la cabeza de su hermana, para evitar conflictos de sucesión.
Todo un cliffhanger de dramatismo extremo y que nos hará esperar ansiosamente
el Episodio VII.
Los extras
Resulta
sorprendente cuánto puede dar de sí algo de metraje descartado, bien combinado
con una batería de recursos técnicos de última generación para completar
cualquier cosa que no estuviese rodada (aunque, claro está, ésto es algo que se
considera obligado en el caso de ILM). Los otros dos factores destacados son un
guión digno de ese nombre (esta vez, sí), y un director competente al cargo,
aunque en realidad ambos fueron sustituidos con bastante éxito, en esta
ocasión, mediante la simple pero estricta prohibición de que Lucas se acercase
a menos de 5 millas de los estudios y pusiera sus patas en el proyecto. De este
modo, con las cosas en manos de un grupo de profesionales discretos pero
competentes (que, lamentablemente, han rehusado aparecer en los créditos), ha
sido posible que los fans de Star Wars puedan volver a salir a la calle con la
frente alta.
En
el menú de Extras podemos encontrar explicaciones detalladas de lo descrito en
el párrafo anterior, desde el diseño de FX a la línea de matones modelo armario
armados con barras de hierro y con orden de sacudir a Lucas si intentaba cruzar
la puerta del estudio. Pero, indudablemente, el plato fuerte es en el juego de
doblajes. En una de las más excelentes ideas de producción de la historia, se
decidió que Darth Vader fuese doblado en todos los idiomas por Constantino
Romero, y los buenos gourmets de Star Wars podrán disfrutar del juego de frases
seleccionadas y maravillarse con un estremecedor "Luke, ¡yo soy tu
padre!" en 20 idiomas, o las nuevas frases épicas de esta versión (el
"hostias, por fin me creo que sea mi hijo" cuando Luke cae definitivamente
en el Lado Oscuro, es algo que pondrá los pelos como escarpias a cualquiera que
lo escuche).
Se
completa el producto con una serie de trailers ad hoc, desde el anuncio del
nuevo Episodio I reeditado (en el que Jar-Jar resulta aplastado por las
naves de la Confederación de comercio a los dos microsegundos de asomar en
pantalla, y la pareja de Jedis ha de buscarse la vida por su cuenta en Naboo),
al teaser de la (a partir de ahora) más esperada continuación de la serie: el
momento en que Luke, como señor del Sith en activo, toma como discípulo al
siniestro Darth Evildead (Bruce Campbell en el papel de su vida), poseedor de
una temible sierra mecánica láser implantada en el lugar de su mano derecha.
La
elegante caja, forrada en piel de gungan, y el simpático llavero (también
colgante para el retrovisor del coche) de oreja disecada de ewok, completan lo
que sin duda es el acontecimiento DVD del año y algo que no ha de perderse
ningún, repito, ningún, aficionado al cine de ciencia-ficción.
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