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Antonio RivasDVD alternativo
Visiones Digitales
Antonio Rivas


George Lucas
Star Wars. Episodio VI: Return of the Sith

Star Wars. Episodio VI: Return of the Sith

Créditos

Star Wars. Episodio VI: Return of the Sith
Escrita y dirigida por: Equipo Incógnito
Producida por: Lucas, claro
Música de: John Williams
Intérpretes: los de siempre
Incluye:
Disco 1: Comentarios de George Lucas, Rick McCallum, Ben Burtt, Rob Coleman, John, Knoll, Dennis Muren y Scott Squires
Disco 2: Documental de escenas inéditas, documental de resumen de la producción, multiángulo de storyboards, animáticas y secuencias finales, cinco cortometrajes, doce documentales, vídeo musical, galería de fotos, pósters y campaña publicitaria, trailers y anuncios de TV, cómo se hizo el juego Star Wars: Starfighter, y contenido para DVD-Rom
Formato panorámico (16x9)
Castellano e inglés 5.1 EX
Subtítulos en castellano e inglés.

La película

Dentro de la moda, propiciada por la popularización del DVD, de producir nuevas versiones ("director's cuts", "montajes originales", "versión de la taquillera", etcétera) como quien produce churros, que en muchas ocasiones, de nuevo tienen más bien poco y huelen sospechosamente a estrategia para vender dos veces el mismo producto, resulta muy de agradecer que George Lucas haya puesto manos a la obra para ofrecer en esta ocasión un montaje realmente original. En una vuelta a los orígenes que le honra, a la vez que tira por tierra todas las acusaciones de vendido al marketing (que él mismo acepta como ciertas pero justificadas: necesitaba cubrirse de dólares hasta las orejas para disponer de los recursos suficientes para completar su idea original, la "trilogía de trilogías", en total nueve episodios que conformarán la Mayor Saga Galáctica Jamás Contada), Lucas consigue recuperar el favor de los fans anticipando el calendario y sacando ahora, sin esperar al estreno en pantalla grande, el nuevo y definitivo Episodio VI.

En esta versión puesta al día hay algunas diferencias argumentales, nimias y sutiles, por lo que convendrá dar una relación de ellas que sirva de orientación para el espectador, ya que se considerará a partir de su estreno como el "canónico" de la serie.

Los aficionados recordarán cómo, al final del Episodio V, las cosas están feas para el bando rebelde, Luke ha perdido la mano de afeitarse y Han Solo está congelado en carbonita. En la nueva continuación, el comienzo es similar a lo ya visto en la versión antigua: el intento de rescate de Han chez Jabba; pero el argumento se altera en adelante (indudablemente para mejor) desde el instante en el que se nos escamotea la penosa escena del cuidador del bicho-gordo-con-el-que-pelea-Luke llorando como un magdaleno, mientras que el hutt se comporta de una puñetera vez como el señor del crimen que se supone que es y ordena que a nuestros heroes se les pegue un tiro antes de arrojarlos a la barriga del saarlac sin darles estúpidas oportunidades deportivas. El plan se tuerce, sin embargo, debido a la traición de Boba Fett, a quien los rebeldes han hecho una oferta mejor por la cabeza de Jabba (algo que cumple literal y creíblemente, no como aquella escenita con la princesa Leia estrangulando a puro huevo a un tío con el cuello como dos toros, que no había quien se lo creyese). Además, Fett tiene motivos personales para ayudar a la Alianza, que descubrimos cuando se quita la máscara y aparece el rostro de Han Solo (el hilo argumental que presenta el origen de Han como un clon perdido de la línea Fett lo veremos en el Episodio II, según dicen los extras, pero me estoy anticipando). Entretanto, Yoda está a punto de palmarla (nada que objetar), Luke no tiene claro a qué bando apuntarse pero se siente la influencia del Lado Oscuro, al fantasma de Obi-Wan no le llega el ectoplasma al cuerpo ante los malos augurios, y el Imperio construye una nueva Estrella de la Muerte en órbita sobre el planeta natal de los wookies. El motivo de esto último es que el Emperador, harto de que sus fuerzas de choque pareciesen patos de feria, incluye en el plan de adiestramiento de los stormtroopers el ser arrojado a un pozo con una docena de wookies hambrientos y un blaster, y el candidato se declara "apto" si sale vivo (las nuevas escenas que muestran ésto en detalle, estremecedoras, han hecho que esta nueva edición no haya podido ser declarada para todos los públicos, algo con lo que sin duda saldremos ganando en su pase en salas). Con el resultado que esto conlleva en cuanto a mejoras en la puntería y motivación para el combate en cada stormtrooper graduado, no es de extrañar que el primer asalto rebelde para desactivar el escudo de la Death Star En Obras acabe como el rosario de la aurora (para los rebeldes). Lo mismo ocurre en sucesivos intentos, hasta que a Leia se le ocurre un plan genial: emplear a los wookies nativos como carne de cañón por la Alianza, aprovechando que están que trinan por ser usados como carne de cañón por el Imperio (total, de perdidos al rio). Chewbacca es encargado de los contactos diplomáticos, que resuelve favorablemente aplastando el cráneo del jefe wookie y declarándose kal'ifa en lugar del kal'ifa (jefe guerrero wookie). En realidad el plan original era usar a Solo como mediador, pero Han lleva encima un mosqueo de tres pares de narices desde el momento en que Leia le comunicó que está embarazada de 4 meses, y estando el hombre en carbonita en esas fechas, no le salen las cuentas; de modo que dice que nones a jugarse el tipo hasta que no lo vea claro. El espectro de Obi-Wan intenta explicar a Han Solo que no es para tanto, que cosas así pasan todos los días en el universo, y que, además, eso de la midicloriana concepción ya lo había visto él antes y al fin y al cabo viene de familia. Pero Solo (quien definitivamente no tiene el día ni la película: descongelado, cegado, echado a las fieras del desierto, clonado... y ahora, esto) dice que ya está bien de tomarle por el pito del sereno, y emigra a Endor a descapullar ewoks.

La historia llega a su clímax en el momento en que, tras muchísimas bajas (pero una carnicería, oiga, menuda exageración), los rebeldes desactivan el escudo que protege la nueva Estrella de la Muerte, y los cuatro gatos que quedan (en órbita también han recibido las suyas y las del pulpo) intentan destruirla usando el sistema ya conocido por todos (son vilmente masacrados: el Imperio también tomó notas durante la experiencia anterior). Dentro de la Estrella de la Muerte, entretanto, están Luke, Palpatine y Vader (ex-Anakin) departiendo amigablemente, con pocas diferencias respecto al montaje que ya conocíamos. Salvo el detalle de que el Emperador es menos imbécil que en la otra versión, y cuando Luke está ya bien caliente, en vez de distraerle con tonterías (como "¡Bien! ¡Déjate llevar por tu ira! ¡Atácame y conviértete al Lado Oscuro!" y, claro, Luke se da cuenta de lo que está haciendo y se echa para atrás), le somete a un acoso y derribo tal que Luke se carga por reflejo a Darth Vader, a Palpatine y a la madre que lo parió (según los trailers, en el Episodio III se nos justificará la presencia de Padmé Amidala a bordo de la Estrella de la Muerte. Ardo de impaciencia). Horrorizado por lo que acaba de hacer, y en un momento en que es particularmente inestable, a Luke se le aparecen Yoda y Obi-Wan. El problema es que también se le aparecen Darth Vader (en esta versión no se amaricona, todo un señor del Sith, no faltaba más) y Darth Sidious (o sea Palpatine, no os liéis), a ver si se iban a creer esos jedis que solo ellos se sabían el truco. Y pasa lo que tenía que pasar: de tal palo tal astilla, se cumplen los peores temores de Obi-Wan, Yoda le fríe a collejas ("Advertido te había, de tercera padawan"), y Luke se pasa a los malos, hereda el Imperio, se hace sith con el nombre de Darth Scarface, y da como primera orden que le traigan la cabeza de su hermana, para evitar conflictos de sucesión. Todo un cliffhanger de dramatismo extremo y que nos hará esperar ansiosamente el Episodio VII.

Los extras

Resulta sorprendente cuánto puede dar de sí algo de metraje descartado, bien combinado con una batería de recursos técnicos de última generación para completar cualquier cosa que no estuviese rodada (aunque, claro está, ésto es algo que se considera obligado en el caso de ILM). Los otros dos factores destacados son un guión digno de ese nombre (esta vez, sí), y un director competente al cargo, aunque en realidad ambos fueron sustituidos con bastante éxito, en esta ocasión, mediante la simple pero estricta prohibición de que Lucas se acercase a menos de 5 millas de los estudios y pusiera sus patas en el proyecto. De este modo, con las cosas en manos de un grupo de profesionales discretos pero competentes (que, lamentablemente, han rehusado aparecer en los créditos), ha sido posible que los fans de Star Wars puedan volver a salir a la calle con la frente alta.

En el menú de Extras podemos encontrar explicaciones detalladas de lo descrito en el párrafo anterior, desde el diseño de FX a la línea de matones modelo armario armados con barras de hierro y con orden de sacudir a Lucas si intentaba cruzar la puerta del estudio. Pero, indudablemente, el plato fuerte es en el juego de doblajes. En una de las más excelentes ideas de producción de la historia, se decidió que Darth Vader fuese doblado en todos los idiomas por Constantino Romero, y los buenos gourmets de Star Wars podrán disfrutar del juego de frases seleccionadas y maravillarse con un estremecedor "Luke, ¡yo soy tu padre!" en 20 idiomas, o las nuevas frases épicas de esta versión (el "hostias, por fin me creo que sea mi hijo" cuando Luke cae definitivamente en el Lado Oscuro, es algo que pondrá los pelos como escarpias a cualquiera que lo escuche).

Se completa el producto con una serie de trailers ad hoc, desde el anuncio del nuevo Episodio I reeditado (en el que Jar-Jar resulta aplastado por las naves de la Confederación de comercio a los dos microsegundos de asomar en pantalla, y la pareja de Jedis ha de buscarse la vida por su cuenta en Naboo), al teaser de la (a partir de ahora) más esperada continuación de la serie: el momento en que Luke, como señor del Sith en activo, toma como discípulo al siniestro Darth Evildead (Bruce Campbell en el papel de su vida), poseedor de una temible sierra mecánica láser implantada en el lugar de su mano derecha.

La elegante caja, forrada en piel de gungan, y el simpático llavero (también colgante para el retrovisor del coche) de oreja disecada de ewok, completan lo que sin duda es el acontecimiento DVD del año y algo que no ha de perderse ningún, repito, ningún, aficionado al cine de ciencia-ficción.


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