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Julián DíezFuera de colección
Extramuros
Julián Díez


Philip Kerr
Una investigación filosófica

El asesino hobbesiano

No creo que demasiados lectores sean conscientes de que si la ciencia-ficción ha tenido algo parecido a cinco bestsellers en los últimos cinco años en España, ninguno de ellos ha aparecido en una colección bajo el rubro de nuestro género y sólo uno de ellos (3001, de Arthur C. Clarke), ha sido leído por el público de cf en general. Poco a poco iremos repasándolos, comenzando con Una investigación filosófica, de Philip Kerr, que acaba de ser reeditada en formato de bolsillo por Anagrama.

Una investigación filosófica

Considerar si esta novela entra o no de pleno en el campo de la ciencia-ficción es complicado, y nos llevaría a extensas consideraciones sobre ese tema tan manido de la caracterización de los géneros. Baste decir, para poder seguir adelante con libertad, que si bien los fines que persigue Kerr tal vez no son estrictamente "cienciaficcioneros", Una investigación... es una novela que se desarrolla en el futuro, y cuyo desarrollo sólo es posible por el papel determinante de variaciones sociales y tecnológicas no presentes en nuestro mundo actual, sino en el imaginado por el autor para el año 2012.

Cuando mentaba a "los fines" de Kerr, hacía referencia también al gran hándicap de esta novela. Retomar el tema del "psicópata cautivador", como hace Kerr, e intentar añadir cosas nuevas a un contexto narrativo ya muy caracterizado en la mente del gran público a partir de los personajes presentados en El silencio de los corderos, devenidos casi en arquetípicos, era una misión compleja. El autor apuesta por hacerlo superando en profundidad a la obra precedente; pero la ambición de Kerr se ve recompensada con resultados desiguales.

El psicópata presentado por Kerr juega a ser filósofo, como el Hannibal Lecter de Thomas Harris jugaba a "intelectual francés" a la manera que puede entenderlo el público norteamericano (gourmet y enólogo, aficionado a la música clásica, el psicoanálisis y la poesía...). Pero si bien cabía comprender la fascinación de la agente Starling por Lecter, la que termina por generar el asesino conocido como Ludwig Wittgenstein sobre la policía Jackie, protagonista de Una investigación..., se presenta sustentada sobre cimientos endebles, cuando no tópicos. Jackie abomina de los hombres tras una (mil veces vista) infancia difícil, y en resumidas cuentas el hecho de que Wittgenstein sea un inusual asesino en serie de hombres (y no de mujeres) hace que sienta simpatía por él.

Además, Kerr simultanea la acción con notas íntimas del asesino, que se reparten entre confesiones y reflexiones filosóficas, principalmente centradas en Wittgenstein. Y estas últimas producen un impacto irregular; si bien a veces uno no puede por menos que sorprenderse ante la curiosa lectura hobbesiana del asesinato en serie que hace Wittgenstein, en otras ocasiones producen cierto sonrojo frases tan tontorronas como el chiste cartesiano "mato, luego existo". El personaje, lejos de enganchar, parece unas veces un iluminado, otras un brillante pensador, y en algunas ocasiones, un poco memo.

Considerando además que el aspecto de policiaco de la novela es del tipo menos interesante que existe (a la postre, y como cabe esperar desde el primer momento, el asesino es un tipo de la calle sin participación alguna en la trama y al que se llega mediante una investigación más fortuita que razonada), resulta que los fuertes de Una investigación... se centran en los aspectos cienciaficcioneros que mencionaba antes.

La ambientación futurista de Kerr es bastante razonable, presentando un entorno cercano, extraño pero reconocible por desarrollar ciertas tendencias presentes en nuestro entorno cotidiano. La novela se desarrolla en un Londres negro, sometido a una fractura social aún más profunda que la actual en el marco de un gobierno conservador y represivo, y una Unión Europea que aparece como una figura siniestra y lejana.

En este panorama, el gobierno británico se ha anticipado al europeo en el desarrollo de un programa para detectar a las personas que no poseen una parte del cerebro que evita las inhibiciones de la agresividad masculina; en suma, conocer quienes tienen el potencial para convertirse en asesinos en serie. Todos ellos reciben nombres en clave de grandes figuras del pasado para mantener su anonimato, pero uno de ellos, Ludwig Wittgenstein, consigue borrarse del fichero policial y obtiene el listado de los otros ciento veinte individuos con resultado positivo, entre los cuales va escogiendo a sus víctimas. De ahí las muy debatidas justificaciones morales que tanto Wittgenstein como su antagonista policial encuentran a los crímenes: quienes mueren son, en teoría, asesinos en potencia, y Wittgenstein puede, según una cierta lógica bastarda, estar salvando la vida a muchas mujeres.

Otros dos elementos futuristas con importancia decisiva en la acción son la presencia de la realidad virtual y la existencia de una pena por inmersión en coma del acusado, que se convierte en la espada de Damocles permanentemente pendiente sobre la cabeza de Wittgenstein. Las implicaciones morales del hecho de restar años de vida a una persona como castigo (algo, evidentemente, más barato que mantenerle consciente en una cárcel) son ampliamente debatidas en la novela, así como la popularización de la realidad virtual, que es asumida como una especie estupefaciente; una idea que siempre me ha parecido factible, pero que no había visto reflejada en ninguna novela de cf con claridad hasta ésta.

En resumen, Una investigación filosófica es una novela desigual, falta en ocasiones de soltura y lastrada casi siempre por un exceso de ambición. Pero se trata de una lectura en general inteligente y amena, lo que la coloca por encima de la media de lo que puede leerse dentro de nuestro campo.


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