Esto del fandom es una cosa curiosa. El año pasado, la novela Nuxlum, de José Antonio Suárez, ganó el premio Ignotus tras ser publicada por una editorial esforzada pero amateur como Espiral. Este año, José Antonio Suárez ha publicado una obra que en su propia página web parece considerar como mayor -es la primera parte de una trilogía-, una novela más extensa y de precio más barato, en una editorial profesional... y ni siquiera he visto una sola reseña en ninguna publicación especializada.

Ello puede deberse en parte a que Suárez distribuyó en el pasado la novela en formato electrónico, en la inteligente línea de autopromoción que siguió desde que inició su carrera literaria, lo cual puede minimizar el impacto de la novedad. O bien a la extraña distribución de Edebé, una editorial que sólo sirve sus novelas en caso de que hagas gasto en sus libros de texto. O a que los lectores de género, definitivamente, son incapaces en su mayor parte de buscar en las librerías más allá de su adorado rinconcinto -que también es el mío, el primero que yo miro, para qué negarlo-.

Por estas extrañas razones, Rebelión en Telura ha sufrido un peculiar silenzio stampa para cuya solución se creó esta sección de Extramuros, faltaría más. Si bien hay que decir que la recomendación en este caso debe ser matizada: se trata de una novela que gustará sobre todo a los que disfruten con el modo de hacer de Suárez. Que, a mi parecer, no es del gusto de cada paladar.

Personalmente, mis sensaciones respecto a la literatura que viene realizando este autor albaceteño son contradictorias. Por un lado, no puedo sino admirar su fluidez narrativa. Da la sensación de ser un escritor de una pieza, un tipo que es capaz de enhebrar tramas sencillas y directas con gran facilidad. Sus diálogos son fluidos, hace avanzar la narración sin momentos de decaimiento. Me gusta también, como decía más arriba, la forma en que se toma a sí mismo en serio, se autopromociona y trabaja en firme para progresar.

Sin embargo, no puedo ocultar que me da la sensación de que es un escritor que tiene ante sí el peligro de quedar un tanto estancado. En demasiadas ocasiones, toma el camino fácil: sus personajes no terminan de salir del estereotipo, apuesta en ocasiones por un humor simplón -la novela termina con un perrito meándose en los pantalones del protagonista-, y a sus escenarios les faltan puntos de distinción para abandonar el tópico obvio del space opera.

Con todo, Suárez es como mínimo una lectura distraída en novelas como esta Rebelión en Telura, y las quejas son más bien ante la posibilidad de que el autor no tenga más deseos de evolucionar que por la propia novela en sí. Suárez nos lleva a un marco espacial en el que los protagonistas, el sarcástico Lerad y el perceptivo Meldivén, que es el narrador, malviven como transportistas llevando de aquí para allá los más diversos cargamentos en su astronave Poderosa.

Tras una aventura introductoria con un cargamento de animales -que recuerda las aventuras de los desventurados Gregor y Arnold de Robert Sheckley, aunque sin la chispa de los grandes momentos del maestro estadounidense-, los transportistas se implican en una misión aparentemente de rutina, llevar cerveza al planeta Telura para intentar reducir las deudas que pesan sobre ellos, pero que se irá complicando paulatinamente. Telura se rebela contra el poder central, unos extraterrestres intentan hacer la puñeta todo el tiempo, y al dúo protagonista se le van agregando personajes, tanto compañeros del transporte como pasajeros, principalmente un fanático religioso que entra en una especie de simbiosis con una extraña ameba gigante que los protagonistas encuentran en una nave espacial abandonada junto a un agujero negro, y que resulta ser una de las claves del relato.

La novela, como se ve, no está exenta de giros argumentales, y deja unos cuantos puntos abiertos para mantener el interés por las sucesivas continuaciones de la serie: la extraña conversión de varias estrellas en supernovas, la inestable situación política de la galaxia o las intrigas amorosas de los dos protagonistas -a decir verdad, bastante ingenuas como corresponde a una novela publicada en una colección juvenil-.

En suma, una lectura agradable, que seguramente satisfará a lo seguidores del space opera de corte más tradicional. Desafortunadamente, no he conseguido encontrar por ningún lado un anuncio sobre la publicación de las dos novelas restantes de la serie. En cuanto a lectores de corte más exigente, Rebelión en Telura me temo que muestra que Suárez debe afrontar una asignatura pendiente: la publicación de una obra madura, más ambiciosa y redonda, que le sitúe como uno de los escritores de cf importantes del momento. Novelas simpáticas y prescindibles, como ésta, ya ha demostrado que está sobradamente capacitado para hacerlas.

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