País y año: España (2003)
Género: Terror
Duración: 120 min.
Director: David Alonso
Fotografía: José García Galisteo
Guionista: David Alonso
Montador: Luis Castañón
Productor: Luis Méndez
Reparto: Eva Marciel, Mónica Estarreado, Fernando Andina, Lorenzo Armenteros, Aurora Carbonell, Antonio Hortelano, Laura Manzanedo
Podía haber sido una película más sobre asesinatos en la red, con sangre, sustos y personajes planos. Pero por su ritmo, su historia y sus personajes, Más de mil cámaras velan por tu seguridad es una película interesante de ver.
La premisa es muy similar a unas cuantas películas que ya han aparecido en cartelera: navegando por la red, Toni (Antonio Hortelano) encuentra una extraña web que le propone un juego. Cómo no, los protagonistas aceptan jugar creyendo que la red les vuelve anónimos... Por supuesto, la cosa se les va de las manos enseguida, y empiezan a ser objeto de extrañas bromas que siempre son recogidas por cámaras de vigilancia.
Pero ahí acaba todo parecido con las típicas películas de pandillas adolescentes.
David Alonso pretende hacer una crítica. Critica a Gran Hermano, a las omnipresentes cámaras de vigilancia, a la pérdida de la intimidad, a nuestras vidas como un show que cualquiera puede sintonizar. En vez de asustarnos con escenas fuertes, de agradarnos con alguna escena de sexo, y de darnos susto tras susto, la historia tira más hacia el terror psicológico. ¿Quién les vigila? ¿Hay alguien compinchado? ¿Qué quieren?
El ritmo llega ser frenético: del silencioso zoológico a las laberínticas estaciones de metro, de las salas de fiesta a sus propia casas... vayan a donde vayan siempre hay cámaras, siempre les vigilan. No hay momento para el descanso, ni tan siquiera para el susto fácil. No hay un malo, un asesino, no se ve nada... pero hay alguien ahí fuera.
Los protagonistas son tema aparte. En vez de personajes arquetípicos, encontramos un puñado de gente con la que uno acaba por simpatizar: el chico al que le deja la novia, la misma novia enrollada con un guaperas que encima parece buen tipo, el amigo que no se come ni una rosca... personajes con motivaciones, que llegarán al límite y que cambiarán de forma total a lo largo de la cinta.
Lo más rompedor, no obstante, es la digitalización de toda la película. Uno ya llega a dudar de lo que está viendo, de lo que es real o no. La película en sí posee una estética bastante innovadora para una cinta española, que recuerda a un videojuego en más de una ocasión.
Así que, a pesar de que sea una película "de género", tenga sus fallos, y posea un final anticlimático, merece la penaverla. Es entretenida, aporta algo de frescura, y aporta una crítica muy dura. Os sorprenderá.
José Joaquín Rodríguez
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