Año: 1998
Nacionalidad: USA
Género: ciencia-ficción
Duración: 115 m.
Director: Alex Proyas
Intérpretes: Rufus Sewell (John Murdoch), William Hurt (Inspector Bumstead), Kiefer Sutherland (Dr. Schreiber), Jennifer Connelly (Emma), Richard O´Brien (Hand)
Guión: Lem Dobbs y David Goyer
Fotografía: Dariuz Wolski
Música: Trevor Jones
Montaje: Dov Hoenig
"Es una peli del tío que hizo El Cuervo".
Sólo con esa frase me convencieron para ir al cine a ver Dark City, una película sensacional, pero injustamente comparada (y es que las comparaciones son odiosas). Ya lo decían mis amigos: "El Cuervo estaba mucho mejor", aunque ambas películas son tan distintas que las comparaciones sobran. Luego, con el fenómeno Matrix, todo el mundo querría demostrar que ambas películas vienen a ser la misma cosa, aunque el tratamiento de las historias las convierten en productos también muy diferentes.
La película comienza en un tiempo indeterminado (bien podrían ser los años 50, aunque no hay referencias), cuando John Murdoch se despierta en un motel cualquiera, sin recordar nada de su pasado. La trama del personaje amnésico no es nada novedosa (más bien es todo un clásico gracias a Hitchcock y películas como Recuerda), sobre todo porque Murdoch descubre que es buscado por el asesinato de seis mujeres. Pero lo que en manos de otro directores del montón habría sido una película policíaca más, Alex Proyas la convierte en una obra maestra de ciencia-ficción.
En su huída, Murdoch descubre que es incapaz de salir de la ciudad. No es que haya controles policiales que se lo impidan. No, es simplemente que no existen trenes que salgan, ni autobuses, ni siquiera carreteras que le permitan huir. Pero lo más aterrador no es eso, es que todo el mundo cree que sabe como salir, pero nadie lo ha intentado. A partir de ahí, la Murdoch emprende una huída frenética para escapar de unos extraños hombres, Los Ocultos, que quieren capturarle, e intenta huir a la paradisíaca Shellbeach. En su apresurada huída descubrirá que su ciudad no es más que un juguete en manos de los Ocultos, y contará con la ayuda de extraños aliados: un científico queayuda a los Ocultos, su esposa Emma, y el detective encargado de conducirle ante la justicia.
La película, solo por su guión, es todo un gustazo simplemente porque nos hace pensar. Temas como la libertad de acción están continuamente presentes. Todos los habitantes de la cudad creen ser libres, pero nunca han salido de lo confines de la urbe. También trata sobre la libertad de elección: Murdoch fue engañado por su esposa, y cree ser un asesino... ¿seguirá siendo el asesino que todo apunta que es, o puede elegir? La amnesia es una libertad que le acabará permitiendo elegir su camino.
Otro tema importante es la manipulación. Las vidas de todo el mundo son falsas, manejadas al antojo de unos oscuros personajes cuyos objetivos sólo se descubren en los minutos finales de la historia... Eso le hace a uno pensar sobre cómo el control de la información (los "recuerdos colectivos" de la sociedad) pueden hacer que actuemos como marionetas.
Pero lo que a mi realmente me marcó de esta película fue la estética. Una estética oscura y siniestra, gótica. Esta estética es realmente el único parecido que se le puede encontrar a esta película con El Cuervo. La noche, los trajes de cuero, el ambiente decadente de la ciudad y un estilo retro que nos da la sensación de estar sumergidos en una película de cine negro de los años 40 (a mí me recuerda a El tercer hombre) son algunos de los aspectos más llamativos de la película.
Mientras la ciudad es siempre sucia, nocturna y bulliciosa (superpoblada), Shellbeach, la playa de su infancia a la que Murdoch quiere llegar, se nos presenta diametralmente opuesta: es un lugar luminoso y diurno, bañado por el mar, con grandes espacios... Son una suerte de Infierno y Cielo. Pero ese Cielo, como acabará descubriendo Murdoch, sólo existirá en sus recuerdos hasta que Los Ocultos sean desenmascarados y derrotados.
Los efectos especiales, que en su momento estuvieron muy bien, ahora suenan algo ridículos. No son malos, pero sí algo toscos en comparación (siempre en comparación) con la plasticidad que luego presentarían películas análogas como Matrix. Por supuesto Murdoch no contaba ni con el presupuesto ni con la tecnología de la que Neo y Trinity harían gala apenas año y medio después. Pero la película no se basa en los efectos especiales, a pesar de su importancia. Además, son buenos efectos, que han sabido envejecer, y que a pesar de haber sido ya superados en otras películas siguen estremeciendo al espectador (la "metamorfosis" de la ciudad es una gozada).
Los actores son otro lujo, otra razon para ver la película. El protagonista, encarnado por Rufus Sewell, es posiblemente el actor que menos destaca. Sin embargo, hace muy bien su papel, ya que es el personaje que mayor evolución presenta (de amnésico acorralado pasará a ser auténtico dios de la ciudad) y más registros está obligado a presentar. Los otros personajes son arquetípicos, como secundarios de novela pulp. Ésta es una de las cosas que más le critican a la película: sólo Murdoch evoluciona, pero lo cierto es que suele obviarse que los demás personajes han sido programados, y a fin de cuentas no tienen posibilidad de elegir. William Hurt es posiblemente el actor que mejor borda su papel: sin salirse de su rol de poli duro intenta descubrir la verdad sobre la ciudad. Kiefer Sutherland, ahora muy conocido por la serie 24, está realmente irreconocible en su papel de científico loco que, nuevamente, nos remite al relato pulp, y al cine de terror clásico. Nota aparte merece la bellísima Jennier Conelly, cuyo personaje será un títere en todo momento, una muñequita hermosa que nunca sabrá que sólo es un cebo. Es un personaje triste, atormentado por los falsos recurdos que le han implantado.
¿Es Matrix una copia de Dark City?
Vale, realmente estabais esperando esto, ¿no? Pues bien, la respuesta es: no.
La idea de que la realidad es falsa no es un invento de Alex Proyas. Ya novelas como 1984 de George Orwell nos hacía ver que la realidad que se nos suministra no es la auténtica. No obstante, es Philip K. Dick quien mayores dudas planta sobre qué es lo real, Ubik, Sueñan los androides con ovejas eléctricas, o Recuerdos al por mayor son claro ejemplo.
Una década (más o menos) antes de Dark City o Matrix, el anime japonés Vientos de Amnesia ya nos presentaba la idea de una ciudad en la que dos únicos habitantes, dominados por el Ordenador Central, representaban el rol de todos los habitantes de la urbe, variando de personaje cada pocos minutos.
Desde esta perspectiva, no podemos decir que Matrix haya copiado de Dark City en el aspecto argumental, ya que Dark City no es original, y está basada (aunque sea de forma inconsciente) en otras obras.
El desarrollo es diametralmente opuesto. Mientras que Matrix es una película de acción, presentada como una trilogía, Dark City se desarrolla por medio de la investigación, no existiendo combates prácticamente hasta el final (y es un combate mental).
La estética es muy similar en ambas películas, pero eso es porque ambas se remiten a la estética gótica y punk, no porque se hayan copiado la una de la otra. Si alguien vive en una ciudad donde haya "ambiente siniestro" que vaya a uno de sus locales (en Madrid están el Dark Hole y el 666, que son muy representativos) y vereis que la mitad de la gente viste como en estas películas... pero no es porque quieran ir como Matrix ni como Dark City, simplemente porque es una estética que ya existe desde los 80.
No niego que los hermanos Wachowski hayan visto Dark City, que les haya gustado mucho, y que les haya aportado mucho. Pero no hay tanto "homenaje" (o copia, por ser menos finos) como comúnmente se piensa.
José Joaquín Rodríguez
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