Nacionalidad y año: USA / Alemania / Hungría / Gran Bretaña, 2003
Director: Len Wiseman
Actores: Kate Beckinsale, Scott Speedman, Michael Sheen, Shane Brolly, Bill Nighy, Erwin Leder, Sophia Myles, Robbie Gee, Wentworth Miller, Kevin Grevioux, Zita Görög, Dennis J. Kozeluh, Scott McElroy, Todd Schneider, Sándor Bolla
Productor: Gary Lucchesi, Tom Rosenberg, Richard S. Wright
Guión: Kevin Grevioux, Len Wiseman
Fotografía: Tony Pierce-Roberts
Música: David Bowie, John Frusciante, Paul Haslinger
Lo vampírico, el terror gótico, las criaturas de la noche... Cuanto más "civilizados" nos sentimos, más nos gustan estos temas. Sólo hay que ver la enorme filmografía, bibliografía, e incluso discografía existente. Desde Nosferatu al Drácula de Coppola, pasando por las versiones míticas de Bela Lugosi y de Cristopher Lee, el vampirismo y el terror a lo no-muerto han causado furor en el cine.
Pero es quizá ahora, con los efectos especiales tan sorprendentes que contamos, capaces de hacer realidad películas tan colosales como El Señor de los Anillos (y sin que nos riamos de los personajes y los decorados, que ya es mérito...), que el tema de los vampiros y los hombres lobo puede ser tratado con la seriedad suficiente. Ahora no nos encontramos con murciélagos de plástico colgados de un hilo, ni lentillas rojas en cada escena que el vampiro beba sangre.
Además, gracias a White Wolf y su gran éxito, el juego de rol Vampiro: La Mascarada, la idea del vampiro no roza ya con el eterno y gastado Drácula. Ahora pueden contarse otras historias de vampiros, y es lo que Underworld pretendía... aunque sin mucho acierto.
Decía Norman Spinrad hace algunos años que cualquier historia de fantasía, terror o ciencia-ficción puede ser buena. Da igual que hables de mutantes, o de una excavadora que llega al infierno. Cualquier historia tiene potencial suficiente para ser buena. Pero lo que mata la historia es cuando se mezclan temas, cuando son los mutantes los que excavan hasta el infierno, etc.
Y ése es el fallo de Underworld. Una película con muy buen vestuario, con escenarios muy siniestros (aunque muy repetitivos, por eso de la falta de presupuesto, que hizo que casi todo el rodaje se realizara en estudio), y con un planteamiento muy bueno y clásico a la vez: la lucha entre las dos razas de la noche, entre los hombres lobo y los vampiros. Pero cuando empiezan a meterle tecnología como balas con luz diurna, o balas que exudan plata, la historia empieza a sonarnos a cachondeo.
Me señalaba un amigo que el uso de pistolas y fusiles era necesario a la fuerza. Habría quedado mucho mejor que los hombres lobos se transformaran cada dos por tres en enormes bestias asesinas, y que los vampiros lucharan como auténticos demonios sedientos de sangre... pero el presupuesto no daba para tales excesos. Así, en vez de ver a seres tan poderosos usando espectaculares poderes, les vermos disparando pistolas y arrojando estrellas ninja... algo bastante poco "realista".
Y mira que la historia no está mal. Es acción, sí, pero también contiene muchas sorpresas: traiciones, revelaciones, orígenes secretos, misterios del pasado como la razón de la guerra entre las razas de la noche... Pero siempre hay una sensación de arbitrariedad en toda la película: ¿por qué tal cosa no ocurrión antes o después? ¿Por qué estos son los personajes y no otros? Da la impresión de que los personajes están ahí sólo para tener una excusa con la que contarnos la historia, sin importar realmente quiénes son, sin que se desarrollen demasiado.
Como película de acción, pues es entretenida. Pero uno no puede dejar de pensar que les faltaban medios, y que podría haber sido una película mucho mejor, con menos parches. Sobre todo porque se nota que la película podía dar más de sí, pero lo dejan todo en suspense, con un final destinado a realizar una segunda parte en cuanto se sepa si ha habido público suficiente. Da la sensación de que ya no pueden hacerse películas de fantasía o ciencia-ficción sin que se conviertan en una trilogía.
Si te gustan los vampiros o los hombres lobo, el rollo siniestro-decadente o las películas de acción, alquílala en video o DVD y echarás un rato entretenido, pero no le pidas nada más.
José Joaquín Rodríguez
|