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NosferatuCine clásico y actual
Pantalla de Sueños

Nosferatu
F.W. Murnau

Título original: Nosferatu, eine Symphonie des Grauens
Nacionalidad y año: Alemania, 1922
Director: F.W. Murnau
Actores: Max Schreck, Alexander Granach, Gustav von Wangenheim, Greta Schröder, Georg H. Schnell, Ruth Landshoff, John Gottowt, Gustav Botz, Max Nemetz, Wolfgang Heinz, Guido Herzfeld, Albert Venohr, Hardy von Francois
Productor: Enrico Dieckmann y Albin Grau
Guión: Henrik Galeen libremente adaptado de la novela Drácula de Bram Stocker
Fotografía: Günther Krampf, Fritz Arno Wagner

Nosferatu

Pueden llamarle Conde Orlock, aunque desde el primer momento a toda la sala le resulta evidente que sería más conveniente llamarle Drácula. Y es que punto por punto la historia de este vampiro nos resulta familiar: el joven que acude al viejo castillo para hacer el negocio de su vida con el Conde, pero que es atrapado en su interior. El vampiro que se enamora de la prometida del joven y se desplaza de su ruinosa residencia para consumir a su amada. El trágico viaje en barco que mata a toda la tripulación. La locura y la decadencia que causa el vampiro sólo con su presencia en la civilización. Y cómo finalmente el vampiro muere consumido por su amor.

Evidentemente, a los herederos de los derechos de Bram Stoker el parecido también les resultó evidente, y lograron que se destruyesen todas las copias de la "versión" que se había rodado de Drácula sin que hubieran cobrado ni una libra. Aunque es evidente que, por suerte, alguna copia que otra sobrevivió y aún hoy podemos disfrutar con esta espléndida película.

Nosferatu

En principio la película debe tener poco atractivo para quien no la haya visto todavía. Es una película muda, rodada con los medios técnicos de una época donde los efectos especiales estaban en pañales, que encima tiene que competir con una gran cantidad de versiones de Drácula que se han ido filmando a lo largo de los años. El Drácula de Bela Lugosi de unos pocos años después, el Drácula de Cristopher Lee, y por supuesto la majestuosa versión de Coppola que es su Bram Stoker´s Dracula. ¿Qué tiene Nosferatu para ser tan llamativa? Pues bien: lo tiene todo, así de simple.

Murnau tuvo la suerte de que el personaje no había sido tratado nunca antes en el cine, así que pudo dar rienda suelta a su imaginación para concebir un ser de pesadilla condenado a no morir. El patético conde vestido con capa e irrisorio traje de siglos pasados deja lugar a unos ropajes oscuros, exóticos, que no hacen más que resaltar la palidez notoria que incluso en el blanco y negro de la película resalta como inhumana. Las garras animales, los colmillos, las ojeras y el rostro deforme llegan a inquietar realmente al espectador sin necesidad de sustos fáciles.

Nosferatu

A eso hay que añadir un simbolismo del que carecerán todas las versiones de Drácula (salvo la película de Coppola, que es evidente que bebe de ésta en diferentes momentos). Y es que para Murnau que la película sea muda nunca supuso un obstáculo, todo lo contrario más bien. Las escenas en las que se nos muestra a la araña capturando a la mosca, o a la planta carnívora que atrapa al insecto (y que debieron ser todo un problema de rodar, ya que son escenas reales que sólo pudieron ser filmadas con mucha paciencia y gasto de película) nos explican sin palabras cómo funciona la ferocidad del vampiro. El vínculo emocional que une al vampiro, al protagonista y a su amada también nos ofrece escenas increibles, muy barrocas (no olvidemos que es un cine expresionista, lleno de impresiones y mensajes) y que se enlazan muy fluidamente unas con otras.

Una de las mejores partes de la película es sin duda cuando el Conde llega a la ciudad, y cientos de ratas albinas le siguen propagando la peste por las calles. El enfrentamiento de la civilización racional contra el poder instintivo del vampiro (que ya nos ha sido presentado como un ser de impulsos y no de razón) acaba con la derrota de la civilización. Las turbas enloquecen, la muerte cae sobre la ciudad, los hombrespierden la cordura... Solamente el sacrificio de Mina (bueno, oficialmente no es Mina, pero ya nos entendemos) logra salvar la ciudad y al hombre que ama.

Nosferatu

Posiblemente ésa sea la mejor escena de la película, cargada de gran sensualidad (y sexualidad). Cuando el vampiro se alimenta de ella, el ambiente de tensión sexual, el placer y el dolor de esa primera experiencia, la pérdida de la inocencia que se sobreentiende (la pierde al ofrecerse voluntariamente a la bestia), incluso el lugar (en la cama de un dormitorio) dan una madurez a la película que pocas versiones han logrado.

Hay que añadir unos efectos que sorprenden gratamente. Para empezar, porque hay escenas que se rodaron en exteriores y no sólo en estudio, lo que encareció la película pero le dio una sensación de realismo grandísima. También los efectos especiales son bastante interesantes para la época, e incluso el maquillaje da una sensación de realismo tan grande que acabó motivando una película reciente llamada La sombra del vampiro donde se cuenta como se rodó Nosferatu... ¡con un vampiro de verdad que resulta ser Max Schreck!

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Finalmente, no puedo dejar de hablar de otra versión filmada hace ya más de dos décadas, esta vez con sonido y color, y que sin llegar a ser tan cautivadora y tenebrosa como esta película (quizá porque el diálogo desluce una guión que no lo necesita) resulta un muy buen remake, capaz de explotar con mayores recursos algunas escenas con óptimos resultados (principalmente la plaga que traen consigo las ratas albinas).

Y es que más de ochenta años después de su primer estreno aún se proyecta esta película en salas de cine (recientemente en Cádiz pudimos verla en el festival Alcances 2003)... Al final el Conde Orlock ha resultado ser realmente inmortal.

José Joaquín Rodríguez

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