Título original: The Mask
Nacionalidad y año: EE.UU., 1994
Director: Chuck Russell
Actores: Jim Carrey, Cameron Diaz, Peter Riegert, Peter Greene, Richard Jeni, Amy Yasbeck, Orestes Matacena, Tim Bagley, Nancy Fish, Johnny Williams, Reg E. Cathey, Jim Doughan, Denis Forest, Joseph Alfieri, B.J. Barie
Productor: Robert Engelman
Guión: Michael Fallon & Mark Verheiden
Fotografía: John R. Leonetti
Música: Randy Edelman
Divertida película de Jim Carrey que, tanto por la historia como por su desarrollo, sorprende bastante y roba alguna que otra sonrisa. Y no es sólo porque esta historia le venga que ni pintada al bueno de Jim, pues en ella da rienda suelta a su pasión por gesticular y sobreactuar, ni porque la película revisite el género de los superhéroes, que se hallaba de capa caída, es simplemente porque La Máscara es una película que resultó una auténtica bocanada de aire fresco para las "películas de cómics".
En un momento en el que las películas de superhéroes resultaban malas, incluso cuando tenían una buena cantidad de dinero asignada al presupuesto (caso de Batman Forever), La Máscara apareció con un reparto competente aunque no muy famoso (por aquel entonces, se entiende), con unos efectos especiales realmente divertidos y elaborados, y por supuesto una dirección y una fotografía que supieron darle esa sensación de tebeo y dibujo animado.
Aunque es un personaje como los de los cómics, fue una creación exclusiva para la película, lo que no evita que luego hayan aparecido cómics, dibujos animados, camisetas, y un largo etcétera de productos relacionados. Fue esa falta de continuidad la que permitió que la historia fuera autoconclusiva y que su ritmo fuera el idóneo para una película. Como sucedió con películas como Darkman o El Señor de las Bestias, no hubo ningún tebeo al que volver la mirada y protestar diciendo "no es lo mismo".
La trama, que mezcla lo cómico con lo absurdo, lo heroico con lo mundano, es realmente simplísima: Stanley es un pobre oficinista al que las mujeres le dan calabazas, al que su jefe mangonea, al que su casera humilla, y al que solamente su perro parece ser capaz de aguantar en su monótona existencia. Es entonces cuando Stanley encuentra una máscara que le da grandes poderes, pero que también le quita todos sus miedos: ahora es libre de actuar como quiera.
Como decía, la comedia se mezcla con el absurdo más absoluto, pero la aparición de gangsters, periodistas, policías, chicas fatales y sus amigos le hará vivir una aventura realmente única en la que tendrá que robar bancos, salvar a la ciudad de su destrucción, vencer a su némesis... e incluso su perro llegará a tener superpoderes. Y es que la película es un homenaje a los cómics, desde el nombre ficticio de la ciudad que recuerda a Gotham City o a Metrópolis, hasta el nombre del propio protagonista: Stanley, homenaje a Stan Lee (el creador del universo Marvel).
Algo que hay que reseñar son los efectos especiales de los que se hace gala. Dan a la película una auténtica plasticidad y colorido, permitiendo a los actores reales hacer cosas que creíamos que sólo podían hacerse sobre el papel. Por suerte los efectos especiales no son el centro de la película, y prácticamente no hay ninguna escena de exclusivo lucimiento.
A lo mejor ahora, acostumbrados a delicias como Matrix o al millar de películas de superhéroes que la siguieron y cuya estética copiaron (X-Men es buen ejemplo), La Máscara nos parecerá un poco simple, quizá incluso tosca, pero siempre divertida, y sobre todo arriesgada.
José Joaquín Rodríguez
|