Kalpa es el Imperio Más Vasto Que Nunca Existió. Un imperio a cuyos emperadores, más que por sus nombres, se recuerda por sus dinastías, que no es posible recorrer en su totalidad en una única vida, ni se recuerda con precisión qué es lo que hubo antes, si es que hubo algo, tan sólo que ha caído y se ha levantado innumerables veces.
En este escenario se desarrollan las historias de Kalpa: príncipes, emperadores, ciudades, conspiradores, médicos o incluso ladrones, cuyas vidas pasan sin afectar en gran medida al destino de este imperio fabuloso. Con un estilo que no dejará indiferente, todos estos personajes, animados o no, tendrán sus momentos, gloriosos algunos, olvidables otros.
El comienzo, "Retrato del Emperador", resulta seductor, un anticipo brillante de lo que nos promete la autora. En él se nos narra cómo fue la última caída del imperio -y su posterior resurrección- desde el punto de vista de una época en la que ya se ven lejanos aquellos tiempos y las dificultades que les siguieron. Sin embargo, salvo algunas excepciones, la obra no logra mantener el mismo pulso durante el resto de su extensión, llegando incluso a resultar algo soporífera en más de una ocasión. El mismo estilo llamativo que atrae en un principio acaba agotando a base de repetirse con enumeraciones interminables o rodeos desconcertantes que, en una, dos o hasta tres ocasiones pueden resultar frescos y originales, pero cuyo empleo constante conduce al aburrimiento.
De este modo, algunas historias, sencillas y engrandecidas gracias a dicho estilo, acaban desplomándose. Porque da la impresión que muchos de estos relatos tienen más de anécdotas que de historias, y es sólo en estas últimas en las que encontraremos los mejores cuentos de la recopilación, como el caso de "'Así es el Sur'", el extraordinario viaje de un tramposo a un sur exótico y acogedor donde será el último en descubrirse a sí mismo. O "Acerca de ciudades que crecen descontroladamente", donde veremos el nacimiento y desarrollo de una gran urbe junto con los variopintos personajes que pasarán por ella -algunos de los cuales dejarán su huella- y que, con el tiempo, según el capricho de los gobernantes, logrará y perderá la capitalidad de este imperio en el que incluso las ciudades parecen efímeras.
Tal vez ésta no sea una obra de la magnitud del imperio que describe en sus páginas, aunque sin duda es original y, pese a ser de difícil lectura, contiene algunas historias memorables que hacen que el esfuerzo merezca la pena.
Óscar Cuevas Vera
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