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Dreamcatcher
Dreamcatcher
Stephen King
Scribner House, 2001





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Dreamcatcher es la primera novela de Stephen King después del accidente que casi le costó la vida, y con sus seiscientas diecinueve páginas se sitúa en la categoría habitual, dentro de la ingente producción de King, de los pesos pesados; si no en cuanto a calidad, si al menos en cuanto a número de páginas.

La trama se desarrolla en torno a cuatro hombres, amigos desde la infancia, que se alojan en la cabaña de uno de ellos, en pleno bosque de Maine, para su reunión anual de caza. Sin embargo, esta reunión se complica por factores tan ajenos a su voluntad como una invasión alienígena, nada menos. En medio de una tormenta de nieve, los personajes se enteran (por las duras) de que una nave de otro planeta ha aterrizado en los bosques y, aunque proclaman la paz, son portadores de un virus que mata a los que lo contraen, no sin antes otorgarles brevemente el don de la telepatía. Lógicamente, el ejército interviene para contener una posible epidemia... y ahí es cuando se embrolla todo.

Como ya sabrán algunos lectores, un dreamcatcher es un artefacto artesanal indio, que suele consistir en un circulo hueco de madera con haces de hilos que se entrelazan en el centro del círculo. Al parecer, los indios americanos lo utilizaban como trampa para las pesadillas, que al entrar en la tienda quedaban atrapadas en el dreamcatcher y no podían afectar a los que dormían. Qué tiene que ver este artefacto con la trama y porqué el libro se llama así no se descubre casi hasta el final. Por cierto, King quería llamar al libro Cancer, hasta que su esposa lo convenció de las connotaciones excesivamente negativas de tal título. Sin embargo, a pesar de que esta anécdota parezca indicar lo contrario, no debe preocuparnos que King se vea afectado por la castrante ola de corrección política que nos invade: algunos de los afectados por el virus alienígena desarrollan un parásito al más puro estilo Alien... sólo que éste parásito no emerge por el estómago, sino que aprovecha un orificio de salida ya existente para abandonar el cuerpo de su anfitrión.

Como viene siendo habitual en los libros de King, iremos aprendiendo más acerca de estos cuatro personajes (y de todos los demás, sobre todo de un quinto miembro del grupo) mediante continuos flashbacks a base de recuerdos, sueños y telepatía (don que los cuatro personajes ya compartían, de forma limitada, antes de la invasión). Como también es habitual en sus libros, iremos aprendiendo el pasado de sus personajes de forma fragmentaria, parcial; paralela y complementariamente a la acción que está teniendo lugar en el presente.

King demuestra una vez más ser un constructor soberbio de personajes humanos, con flaquezas y debilidades, absolutamente alejados de cualquier arquetipo. Asimismo, sus diálogos son como siempre frescos, fluidos y naturales. Su sentido del tempo es excepcional, como también nos tiene acostumbrados: a pesar del ingente volumen del libro, no existen caídas de ritmo y toda la acción avanza imparable hasta el clímax.

Sin embargo, el argumento y desarrollo de este Dreamcatcher no superan el aprobado justito: a pesar de leerse con interés y enganchar desde la primera página (King siempre ha sabido pescar al lector desde el principio, y mantenerlo sin importar la extensión), la trama peca de un exceso de convencionalismos. Cualquiera que haya visto más de tres episodios de Expediente X sabrá en todo momento el terreno que pisa: los alienígenas son los hombrecillos grises que han venido a sustituir a los hombrecillos verdes en el subconsciente pop; hay un militar malo malísimo, un virus extraterrestre, el sempiterno (en la bibliografía de King) desastre natural que acompaña la trama como un personaje más... Y, qué duda cabe, esta acumulación de tópicos pesa en contra del libro. Los destellos de originalidad (que haberlos, haylos) y la incorrección política de los aliens no bastan para disimular lo tópico del argumento. Y es una pena, sobre todo para el lector asiduo de King, ya que éste irá recogiendo a lo largo de la lectura pistas que llegan a hacer pensar que lo que se está leyendo es una segunda parte de It... pero no hay tal.

En resumidas cuentas, a mí me parece un libro más dentro de la producción de King: recomendable, como todos, pero sin alcanzar las cotas de It, Apocalipsis, La zona muerta y tantos otros.

Carlos Manuel Pérez

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