Que muchas de las estéticas de nuestro tiempo sobrevivan depende de crear afición. Cómics, fantasía, ciencia-ficción son medios o géneros difíciles en los que se entra en una edad determinada o no se entra, sobre todo con la competencia enorme de los videos, la música, la informática o todas esas cosas que tanto nos aterran a los padres.
En este librito, Zona Gulliver, Stephen Baxter es capaz de dirigir nuestro género a un público adolescente, no especializado aún en la ciencia-ficción a la que nos fuimos aficionando todos, y lo hace con un lenguaje sencillo y directo, con una trama clara y sin complicaciones pero capaz de enganchar desde la primera página hasta la última.
Los tiempos han cambiado. Alicia ya no necesita perseguir conejos o pasar al otro lado del espejo. Disneylandia ya no ocupa cientos y cientos de hectáreas en Orlando o en París: está en el salón de tu casa. Sólo hace falta para unir ambas tendencias de la imaginación o el disfrute unos guantes y unas gafas o un sofisticado traje de red, y se entra de lleno en un mundo de realidad virtual donde cualquier fantasía es posible... y también son posibles amenazas impensables a este lado de la realidad.
Videojuegos, rol, ciencia-ficción, informática, ecología y viajes a Marte, adolescentes descaradas que no soportan a sus hermanos menores, el choque cultural entre yanquis y británicos, referencias a Gulliver y al Mago de Oz, castillos encantados, arañas cibernéticas y policías globales, peripecia continuada con escenarios cambiantes y, siendo en todo momento una obra de ciencia-ficción, una divertida jerga tecnológica que remite a Neuromante o a La naranja mecánica. Además, al estar escrita por un habitual del género, aprovecha sus recursos y va explicando su universo sobre la marcha, siendo incluso capaz de dejar el escenario preparado para otras continuaciones a manos de otros autores. No hay tono moralizante alguno, aunque sí queda en el aire la idea de que la continua adicción de los chavales a esos infinitos mundos mágicos que presenta la red no es muy distinta de cualquier droga de hoy en día. ¿Quién sabe si en el futuro no encontraremos equivalentes a esta Web?
Además, el libro tiene un precio enormemente asequible y una presentación atractiva y que anuncia claramente que estamos al principio de una serie de universo compartido. Se trata de seis libros independientes entre sí pero conectados a la Red, con elementos comunes y un único villano a batir. Además de esta Zona Gulliver, la serie está compuesta por El castillo de sueños, de Stephen Bowkett; Paria, de Eric Brown -posiblemente el mejor de todos-; Mordeduras de araña, de Graham Joyce; Tormenta de luz, de Peter F. Hamilton, y La hechicera, de Maggie Furey). Una buena iniciativa que debería cundir.
¿Por qué en España no se intenta hacer lo mismo con los autores patrios?
Rafael Marín
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