Siguiendo su línea divulgativa y agradecidamente heterodoxa, la colección Libro 3 se centra en esta tercera entrega en una de las bandas más iconoclastas de los 60: The Grateful Dead. El autor, Xabier Moreno, conductor del espacio radiofónico Pioneros, nos ofrece una visión muy acertada no sólo de lo que ha sido el grupo musical, sino de un ambiente y una época que, aun habiendo concluido, algunos recuerdan y muchos tratan de emular.
La estructura del libro es ciertamente original: se trata de un guión de radio, que combina la voz del locutor principal con declaraciones de Jerry García, líder de los Dead, y letras de las canciones. Así, por medio de la sinergia de las tres fuentes, se recrea una biografía que no cae en el ensayo discursivo, y encierra el secreto de la música popular: una gran contundencia.
Si llegaron a ser alguien los Dead, fue por tener a Jerry García como alma mater. Eran otros tiempos... Cuando un científico, indagando fórmulas para crear anestésicos para parturientas, da con el ácido lisérgico, la nueva droga se populariza, y surgen los Acid Tests: un grupo de personas consumen LSD para experimentar al unísono. La ley aún no había prohibido tal droga, y estas peculiares convenciones solían hacerse con Grateful Dead en el escenario.
Que la alquimia de los chicos de García no haya sido nunca atrapada en los surcos de un vinilo es una cuestión más que razonable: los juegos de luces, la interactividad con el público y las continuas improvisaciones de la banda hacían de cada concierto una experiencia irrepetible. Y en torno a los Dead, circulaban todo tipo de personajes relacionados con la cultura beat: Ken Kesey, Kerouac, Neil Cassidy...
En definitiva, todo lo previamente apuntado no son más que detalles. La última palabra la tiene, por supuesto, Jerry García: Los Grateful Dead no mantienen una filosofía esencial acerca de nada. Hay gente en la banda que no toma drogas de ningún tipo, ni café ni tabaco. Unos son vegetarianos y otros sólo comen carne y leche. Las drogas pueden ser o no convenientes, depende de lo que quieras ver y de dónde estés. La música no es propaganda, ni política o religión.
David G. Panadero
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