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Mysterium
Mysterium
Robert C. Wilson
Título original: Mysterium
Trad. Óscar Díaz García
Col. Solaris Ficción nº 12
La Factoría de Ideas, 2001

El mysterium de los premios literarios

"No es para tanto": esto es lo primero que se me pasa por la cabeza una vez leída esta novela de Robert C. Wilson, a la luz del galardón al que fue candidata y que figura en la cubierta. Da la impresión de que últimamente los premios literarios del género no son lo eran: ya no nos sorprenden. Y que quede claro que Mysterium no es una mala novela; un "no es para tanto" es decir un "no está mal", y esto es lo mismo que afirmar que se trata de una novela agradable de leer, entretenida.

La pegas a Mysterium están, sobre todo, en la sensación de que estamos circulando por un terreno excesivamente trillado. Se trata de universos alternativos, ucronías, y en este caso los Estados Unidos alternativos son víctimas de una teocracia cruel y totalitaria. Parece que lo peor que podemos idear (o que puede idear un escritor de cf estadounidense, y eso que Mysterium es anterior al 11 de septiembre) es un estado fundamentalista y, sinceramente, decir que esto es una idea clásica en la ciencia-ficción es quedarse corto. La inclusión de gnosticismo como ideología dominante es algo más original, sólo algo, pero no resulta interesante. Los personajes son muy esquemáticos: el científico obsesionado, el joven aprendiz de científico que en el fondo guarda la solución del enigma, el hombre de vuelta de todo, el niño espabilado, la mujer fuerte que se rebela ante el sistema que la aliena... No son malos personajes, y están bien dibujados, pero ninguno de ellos nos deja un gran recuerdo. Y lo peor es lo previsible del final, sin ninguna vuelta de tuerca que justifique el número de páginas que hemos esperado a que pase algo nuevo, ni aparente voluntad de dar esa vuelta por parte del autor.

No obstante, es cierto que la originalidad no es el único valor de una novela, ni siquiera ha de ser el más importante. Pese a lo dicho antes, Mysterium está escrita de modo eficaz y no aburre, lo que es importante. Tal vez se exceda al darnos visiones diferentes del mismo hecho (se trata de una obra coral) que no aportan nada en realidad, y, a la vista de los resultados finales, una menor longitud hubiera mejorado la historia notablemente (esto dicho de una novela que no es especialmente larga).

Así que al final te quedas como si nada, como cuando comes un menú de 1.000 pesetas (lo que sea en euros): alimenta, quizá, pero no se disfruta. Una novela entretenida, inferior a Darwinia, del mismo autor y colección, y rápidamente olvidable. Eso sí, siempre nos queda la terrible pregunta: si ésta "no estaba mal", ¿cómo era el resto de las candidatas al premio Philip K. Dick?

Daniel Mares

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