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Unicornios sin cabeza
Unicornios sin cabeza
Rafael Marín
Col. Ciencia Ficción nº 50
Ultramar, 1987

Yo conocía a Rafael Marín... y me caía francamente mal. No por nada en especial, simplemente porque era el profesor de inglés que siempre me suspendía en el instituto.

Un día, mirando entre los estantes de La Marina (famosa librería gaditana que hace ya tiempo cerró sus puertas) me encontré un libro con un título muy singular: Unicornios sin cabeza. Evidentemente me quedé un poco colapsado, porque ya me dirán ustedes cómo sabemos que eso es un unicornio si no tiene cabeza. Lo agarré y leí la contraportada: ciencia-ficción, relatos cortos, autor español... tenía buena pinta, sí señor. Y de repente me fijo y veo que está escrito por Rafael Marín, mi profesor de inglés.

Ni que decir tiene que lo compré raudo y veloz. ¿Un profesor mio escribiendo ciencia-ficción? Eso era digno de verse. Tenía tantas ganas de ver cómo se defendía con la pluma, que me pasé todo el viaje de vuelta en bus leyendo como un descosido. Le puse tanto entusiasmo que se me pasó la parada y todo. Y es que entre las páginas de Unicornios sin cabeza descubrí todo un mundo de ficción, de juegos narrativos, y de innovaciones que me engancharon desde la primera página.

El libro sorprende porque, lo mires por donde lo mires, es un buen libro de relatos. Las historias son variadas, tanto en temática como en estructura, en el planteamiento y en la extensión. Cada relato con el que nos encontramos es una sorpresa y toda una aventura. Pero sobre todo, Marín sabe escribir un buen relato corto: sabe plantearnos la situación, presentar a los personajes, y resolverlo todo en un final que sorprende y en muchos ratos nos hace sentirnos implicados.

Hay de todo, y para todos los gustos. Sendas miradas al futuro en "Un payaso arrepentido"y "Nunca digas buenas noches a un extraño". El primero es un relato cafre, cínico y violento, pero también muy triste, donde un soldado de la III Guerra Mundial nos narra con resignación su periplo por la guerra. El segundo relato, más bien una novela corta, nos presenta al detective Ebenezer Steel convertido en el único hombre de Amsterdam capaz de acabar con la tecnocracia dictatorial que dirige el Computador Madre y su inflexible policía robótica. Una historia que se adelantó al oscuro futuro que nos presentaría Blade Runner, con amargo final incluido, y que fue la punta de lanza del cyberpunk en España.

Otros relatos son simplemente, perfectos. "Mein Führer" es la historia de un grupo de rebeldes que decide tranformar el mundo con un viaje en el tiempo. Pero en ese nuevo mundo, también son unos rebeldes, y quieren volver a cambiar el mundo con otro viaje en el tiempo. Uno tras otro los bucles acabarán por depararles un inesperado final. "La luna pálida" o "Ángel exterminador" son dos historias simétricas, la una por presentarnos la historia de una mujer clonada que se repite a sí misma, la otra por tener paralelos personajes y con paralelo desenlace.

Y éstos son sólo algunos de los muchos relatos que podemos encontrar: el paródico "Un ligero sabor a sangre", o el autoreflexivo "Métalas", auténticos ejemplos de como hacer ciencia-ficción (y de la buena) en tan sólo una página. Y algunos relatos más que no pueden mantener el mismo nivel que el resto del libro, y son simplemente muy buenos.

Con este libro yo me enganché a la ciencia-ficción española, al relato corto, y a Rafael Marín como escritor (porque como profesor lo tuve que seguir viendo un año y medio más). Y aunque a lo mejor la edición que aquí comento es difícil de conseguir, PulpEdiciones ha sacado hace nada El centauro de piedra, recopilación de relatos que (entre otros) incluye todos éstos, más un breve comentario del autor a cada uno de ellos.

Y sí, aprendí mucho inglés y acabé aprobando a la primera, ¿o creían que Rafael Marín sólo iba a ser buen escritor?

José Joaquín Rodríguez

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