A primera vista parecemos estar ante una simple guía de episodios de Sandman, el cómic con el que Neil Gaiman consiguió que muchos lectores que, antes de leer un tebeo se habrían dejado arrancar un brazo, se convirtieran en adictos a sus historias gráficas.
Afortunadamente, el libro es mucho más que eso. Si bien está estructurado como una guía y comentario de los diez tomos en los que la DC recopiló los cómics originales, el libro tiene el aliciente añadido de incorporar una extensísima entrevista con el propio Gaiman donde este habla de su carrera como guionista, de las influencias que manejó en cada número de Sandman, de cómo eligió un dibujante u otro o cómo se planteó no sólo cada historia individual sino el arco argumental que atraviesa toda la serie. Añadamos a eso varios interesantes apéndices y una parte dedicada a comentar lo que hay entre las bambalinas del universo de Gaiman (no sólo por él mismo, sino por algunos de sus colaboradores u amigos) y tenemos uno de los más completos trabajos sobre la obra principal del guionista inglés.
La parte central del libro está destinada, como digo, a comentar cada uno de los diez volúmenes en los que DC cómics decidió reeditar Sandman y donde agrupó, por un lado, las sagas de varios números y, por el otro, las historias autoconclusivas con las que Gaiman se daba un respiro a sí mismo (y a sus lectores) entre cada nuevo arco argumental. Esta parte se vertebra a su vez en otras tres: un resumen del argumento de cada volumen, un comentario sobre éste, y, finalmente, y más interesante, una entrevista con Gaiman hablando del modo en que creó esas historias.
El libro está lleno de momentos interesantes, ocasionalmente divertidos y a veces frustrantes, como el comentario de Gaiman que no me resisto a reseñar a continuación. Estando en una fiesta y, mientras hablaba con el director de una página de reseñas literarias, éste le preguntó que cómo se ganaba la vida. Cuando Gaiman respondió que escribiendo cómics, el desinterés de su interlocutor fue más que evidente, aunque para ser cortés le preguntó qué cosas había escrito. Cuando el guionista termina su respuesta diciendo "Y también hice eso llamado Sandman", la otra persona exclamó de repente: "Dios mío, sé quién es usted, usted es Neil Gaiman! ¡Pero vamos, hombre, usted no escribe cómics, usted escribe novelas gráficas!". Gaiman termina de relatar su anécdota diciendo:
"Este director evidentemente había oído comentarios positivos sobre Sandman, pero estaba tan obsesionado con la idea de que los cómics son cosas de niños que no podía asimilar la idea de algo bueno proveniente de un comic-book. Necesitaba situar a Sandman en una caja para poder hacerlo respetable."
Lo sorprendente (o quizá no, a poco que uno conozca el género humano) es que la obra de Gaiman o de otros guionistas como su amigo Alan Moore (que revolucionó al menos dos veces el medio con su Watchmen y su From Hell y lo sacudió con fuerza con otra media docena de obras) no han conseguido que ese prejuicio desaparezca. No han vuelto el cómic respetable, o, para ser más exactos, no han conseguido que entre el gran público el cómic se identificara como una fórmula narrativa adulta y con cosas interesantes que decir. Sigue siendo cosa de niños y cuando surge un cómic que contradice ese prejuicio, la respuesta no es acabar con el prejuicio, sino considerar que eso no son exactamente cómics, sino algo que usa ese medio pero va más alla. Pensando en eso y comparándolo con la actitud de la crítica respetable ante la ciencia-ficción literaria no puedo por menos que encontrar más de un paralelismo y más de dos.
En cuanto al tema que ahora nos ocupa, y para recapitular, estamos ante un libro de referencia imprescindible para cualquier aficionado al buen cómic en general y a la obra de Gaiman en particular. Que, además, tiene el valor añadido de poder ser disfrutado tanto en el nivel de simple fan ansioso de cotilleos, como en el del lector interesado en ver cómo y de qué manera uno de sus autores favoritos se plantea y resuelve la creación de sus obras. Escrito de un modo ameno, y estructurado con mucho acierto, este Sandman Companion se lee casi sin esfuerzo y uno recorre sus páginas con verdadero deleite.
Rodolfo Martínez
(Reseña publicada originalmente en La página de Rodolfo Martínez)
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