El enésimo intento de publicar en nuestro país Asimov's, la afamada revista norteamericana dirigida por Gardner Dozois, parece que por fin va a ser coronado por el éxito gracias a la más que aceptable edición realizada por ediciones Robel. Junto a los restos de la anterior versión, ofertada en paquetes de a dos con precio reducido, se pueden encontrar ya, en un lugar más lucido de la misma librería, siete números de esta nueva etapa de cadencia mensual y formato al uso, incluido el lomo estilizado. Los responsables de su adaptación al español y colaboradores siguen siendo prácticamente los mismos que en alguna ocasión anterior: históricos como Miquel Barceló, Luis Vigil o Domingo Santos, que esta vez parecen haber dado con personas capaces de llevar a buen puerto una publicación decente que respete al lector, es decir, al que paga, por encima de todo. (Y en estos momentos, pensando en el affaire PulpEdiciones, añadiría también, como condición fundamental, que respete la legalidad.)
El quinto número, con varios meses de travesía ya recorrida, constituye una excelente oportunidad para enjuiciar la calidad de la nueva acometida a un proyecto conducido en tiempos anteriores, con reiteración, al fracaso. Y no sólo para eso, puesto que la lectura de este más que satisfactorio volumen sirve también para dar cuerpo a una serie de reflexiones en torno a la situación actual de la ciencia-ficción en España, en las que entraré más abajo.
Aunque el principal valor de la revista procede de la serie de relatos de diversa extensión, mezcla de los provenientes del original norteamericano y de los seleccionados de entre los más significativos autores de nuestro propio país, también se recogen, además del editorial, otras secciones breves dedicadas al libro, película y DVD del mes, respectivamente. Las habituales páginas dedicadas al correo de los lectores y un artículo fijo mensual escrito por Robert Silverberg (Reflections, al igual que otras muchas secciones de la revista madre, colgado gratis aunque en inglés en la página oficial de Asimov's en Internet) completan el corpus habitual de la revista, que en este quinto número cuenta con dos novelas cortas y cuatro cuentos.
"Tierra de residuos" fue publicado tras la muerte de Charles Sheffield, hace poco más de un año. Se trata de una novela corta (aunque esto de las longitudes siempre es discutible) de tono detectivesco e indiscutiblemente asimoviana, entretenida pero fácilmente olvidable, que no llega a la altura que suelen ofrecer las novelas de quien fue un maestro en el hard accesible, siempre divertido e inteligente.
"El pregonero" es otra novela corta que propone, al igual que la anterior, una historia de investigaciones y criminales. Aunque John Varley crea un argumento más oscuro y descarnado, y un final con ciertos toques de ingenio, el resultado global no supera el listón de lo destacable.
"Apto para el Oriente", de Karen Traviss, sirve para evidenciar un aspecto de las envidiadas revistas de cf norteamericanas que raras veces se ha tenido aquí en cuenta a la hora de realizar comparaciones. Y es que sus famosísimas publicaciones también rebosan de relatos de dudosa calidad, pobres en ideas y conceptos literarios, que, de haber sido escritos por un escritor autóctono, difícilmente habrían visto la publicación en nuestro país. Debido al gran número de publicaciones actuales, comenzamos a ver las narraciones que alimentan a las grandes del otro lado del océano, y algunas provocan incluso perplejidad. Como en este caso, en que sorprende la elección hecha teniendo posibilidades mucho mejores que esta trasposición de un western de inocencia empalagosa que, además, incluye mensaje. Colonos humanos pérfidos e indígenas incomprensibles, pero humanamente bondadosos, en las praderas del nuevo mundo. O lo que es lo mismo: por favor, salven a los indios.
El relato de Stephen Baxter "Territorio de cría" se inscribe en su serie del universo Xeelee (pronuncien bien, por favor). Es un excelente cuento hard de universo interior en el que, como curiosidad, el artefacto a recorrer está vivo. Pero sin duda el mayor atractivo reside en esa humanidad futura que describe por medio de un puñado de refugiados, una humanidad expansionista que ha asumido su rol con todas las consecuencias. Aunque varios de los cuentos incluidos en la serie han sido publicados por diferentes revistas españolas, las distintas editoriales siguen sin animarse a traernos ninguno de los cinco libros (cuatro novelas y una colección de cuentos) que la componen y en los que se desarrolla, desde un punto de vista hard, la historia de la humanidad hasta el fin del universo, un lapso de tiempo de gran atractivo para cualquier lector del género.
"16 de junio en Anna's", de Kristine Kathryn Rusch, es sin duda la sorpresa de este volumen, una de esas pequeñas joyas que se suelen encontrar inesperadamente. En pocas páginas, toca tangencialmente la tragedia del 11S y demuestra en una emotiva historia la verdad universal de que el pasado es imposible de recuperar, y que la tecnología no puede aportar más que sucedáneos a la realidad; en definitiva, que no hay curas artificiales para las enfermedades del alma.
Por último, la aportación española en este número es responsabilidad de José Antonio Cotrina, quien en "La niña muerta" vuelve a deslumbrar con su habitual riqueza estilística, plena de metáforas y elegantes adjetivos. Quizá en esta ocasión Cotrina no acierta con el tempo de la narración, que cerca de su ecuador pide un desarrollo final de mayor premura que el concedido por el vitoriano, pero es innegable una vez más que en sus manos reside actualmente una de las mayores capacidades literarias de nuestro género. Claro que la pregunta es, ¿de qué género?
Como adelantaba al principio de esta crítica, este número de Asimov se presta a otras consideraciones, que vienen dadas precisamente por la inclusión de este último cuento en la revista. Sin duda, el loable afán de presentar a sus lectores los mejores relatos de la producción española es lo que ha movido a sus responsables a publicarlo, ya que se trata del último premio Domingo Santos. El problema es que "La niña muerta" no es ciencia-ficción, y eso es ciertamente chocante en una revista que se declara, a diferencia del resto, exclusiva de ese género. En realidad, no es más que otro síntoma de la realidad literaria española que se viene arrastrando desde hace años. No nos cansamos, unos y otros, de repetir que este es el mejor momento de la ciencia-ficción en nuestro país, algo que si bien es innegable en cuanto a la edición de obras extranjeras, es al menos discutible si nos referimos a la producción propia, centrada especialmente en una suerte de fantástico patrio que ha ido adquiriendo variados matices en manos de los nuevos (y no tan nuevos) valores.
Tal es la escasez que incluso los principales antologistas han llegado a reunir bajo el epígrafe de ciencia-ficción relatos pertenecientes a esa desviación castiza de la fantasía bautizada como "cachava y boina" (¿no sería más pertinente, por cierto, llamarla "cayado y boina"?). En resumen, que el gran momento actual se sustenta más en la fantasía que en la ciencia-ficción, una realidad que debería obligarnos a los que amamos especialmente a esta última a seguir apoyándola y promoviéndola con todas nuestras fuerzas. Por ejemplo, comprando una buena revista como Asimov.
Santiago L. Moreno
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