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El Terror

El Terror
Arthur Machen
Título original: The Terror: A Fantasy
Trad. Luis Loayza
Col.
Biblioteca de fantasía y terror nº BT 8171
Alianza Editorial, 2004

 

Las historias de terror hoy provocan de todo (risas, rubor, asco...) menos miedo. Lo mismo es porque vivimos en una era audiovisual y estamos atiborrados de imágenes. Y pasa que, claro, lo que hace doscientos años podía darnos pánico y repelús, hoy lo vemos en los telediarios mientras comemos.

El terror ha tenido que evolucionar, y ahí tenemos las leyendas urbanas. Hoy nadie creería que la historia de Drácula es verdadera, pero sí nos creemos que al primo de un amigo de un vecino se le apareció una chica en una cuneta una noche de luna llena, o que un perro llamado Ricky se hartó de nocilla ante las cámaras de Antena 3. Y si no nos lo terminamos de creer del todo, al menos nos quedamos con la duda.

La leyenda urbana se basa en dos factores. Primero, la cercanía o la familiaridad: no es un autor desconocido, ni un periodista distante el que te lo dice, sino alguien conocido, al que alguien conocido le contó un secreto inconfesable del que ahora tú eres depositario. Segundo, se basa en la posibilidad, por remota que ésta sea. Las leyendas urbanas sólo pueden existir en un mundo industrial, con peligros que afectan al hombre de la ciudad, descreído y confiado, que de repente descubre que el mundo seguro en el que confiaba se viene abajo. Así, el seductor descubre que la chica con la que ligó anoche le ha drogado y ha robado algunos órganos vitales; la cinta de video que nos dejó un amigo es una amenaza de muerte; un disco escuchado al revés, un canto satánico. Lo que dábamos por seguro se transforma, de repente, en algo extraño y peligroso que rompe todos nuestros conceptos.

El Terror, del escritor Arthur Machen, fue escrita durante los años de la I Guerra Mundial. La contienda bélica, más terrorífica y brutal que ninguna historia fantástica, resultó rica en leyendas urbanas, en rumores y en falsas esperanzas, que surgieron como respuesta al control oficial que se ejercía sobre la prensa. De ahí que Machen muestre una historia ambientada en la retaguardia de la guerra, donde los rumores son más inquietantes que los hechos.

La destrucción de algunas fábricas, la muerte de algunas personas y el extraño comportamiento de ciertos animales hará que los habitantes de un pequeño pueblo del Reino Unido especulen sobre qué está pasando. Frente al terror visible y fácil de identificar, el autor juega a no mostrarnos más que hipótesis factibles, algunas más creíbles que otras, que van inquietando al lector a cada página que lee.

Hacia el final del libro, el trágico relato de una familia que se encierra en su casa y muere de hambre y de sed, y que recoge por escrito lo que está ocurriendo, desvela un final inesperado, terrible, crítico e impactante. La dureza del relato, su realismo, tiene todos los elementos de una leyenda urbana por derecho propio.

El libro expresa, mejor que ninguna otra obra de aquellos años, la crisis moral y racional que sufrió Europa ante la guerra más cruel que la humanidad había conocido. A través de la fantasía, Machen hace una crítica a la bestialización del hombre, a la futilidad de la guerra y a la incapacidad de la razón humana para dominar un mundo que apenas entendemos.

Por su brevedad, su originalidad y su intensidad, ningún amante del buen terror debería dejar pasar la oportunidad de leer esta obra maestra.

José Joaquín Rodríguez

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