No cabe duda, la franquicia King seguirá existiendo. A
estas alturas todo el mundo sabe ya que el tal Joe Hill que firma este libro no
es otro sino Joseph
Hillstrom King, el segundo hijo de Stephen King. El traje del muerto
es su primera novela y su debut ha sido acogido en España con más éxito que
en otros países, convirtiéndose en un best-seller superventas (no, no es
redundante, no todos los best-sellers logran convertirse en superventas).
Anteriormente otro retoño de King, Owen, había intentado
el éxito literario con la colección de relatos Todos a una, pero no
consiguió nada más que una tibia acogida a su recopilación. El apellido
quedaba demasiado expuesto en la portada (al menos en castellano) y este hecho
propició cierto rechazo, "ya está aquí el hijito de papá intentando
aprovecharse del apellido". Sin embargo Joe se lo ha montado mejor y ha
orquestado una inteligente campaña de promoción: primero se publicó el libro
como si él fuera un autor más y se promocionó para que estuviera en todas las
librerías; luego, una vez distribuido y con su carrera comercial ya
encarrilada, se hizo público quién era en realidad. Ese fue el espaldarazo
definitivo que hizo que sus ventas se dispararan. Así que, de momento, lo que sí
ha demostrado el amigo Joe es que es muy listo y que tiene detrás un
departamento de marketing que sabe cómo hacer las cosas. Lo que para Owen era
un inconveniente (ser hijo de King) para Joe se ha convertido en un refuerzo de
su carrera. Qué cosas.
Y ¿qué tal se lo monta Joe? Pues sinceramente, es igual
que el padre con algunas pequeñas diferencias poco importantes. Cuando uno lee El
traje del muerto cree estar reencontrándose con el viejo King de los buenos
tiempos, puede que no con el King genial de El resplandor o Carrie,
pero sí con ese autor que sabe mantener la tensión y contar una historia
interesante con buenos personajes.
Stephen King es el referente actual del terror a pesar de
que sus últimos trabajos no poseen la calidad que demostró durante un par de décadas;
es lo suficientemente conocido como para no dedicarle más palabras, y si estás
leyendo esta reseña probablemente hayas leído algún libro de papá King, así
que no vamos a juzgar su labor, seguro que tienes tu propia opinión. Bueno,
pues lo que piensas de Stephen lo puedes aplicar punto por punto a Joe. El
traje del muerto está sorprendentemente bien escrito para ser una primera
novela, los personajes están perfectamente dibujados y el lector empatiza con
ellos. La historia posee un potente toque siniestro y está magistralmente
presentada.
El libro posee ritmo, engancha, interesa e incluso asusta.
En definitiva, nos reencontramos con el viejo King que todos añoramos.
No me cabe la más mínima duda de que papaíto ha
contribuido de forma notable en el resultado final, y no me refiero a sus genes
o a su espíritu, sino a su rotulador rojo corrigiendo y añadiendo frases.
Algunas de las expresiones llegan a ser perfectamente reconocibles.
Pero esto no debe verse como un inconveniente, más bien al
contrario, nos encontramos con un joven escritor, con una idea aprovechable y
bastantes buenas maneras, de forma que lo que podría haberse quedado en un
trabajo normalito mejora gracias al inconfundible toque King. Ha gozado de un
corrector de lujo.
Por supuesto, las similitudes no son totales, Joe ha
aprendido de los errores de papá he intenta evitar algunos de sus vicios más
criticados, como por ejemplo las numerosas digresiones características de papaíto
en las que de repente introduce alguna morcilla contando la vida y milagros de
alguien que se cruza con el protagonista. Joe es bastante más sintético, de
vez en cuando le surge algún ramalazo en este sentido, pero procura controlarse
y lo logra en gran medida.
El estilo también es el propio de King, quizás un poco más
rápido, más sintético, con menos paja. Goza de un poco más de ritmo y un
aire visual más marcado, con influencias cinematográficas, por ejemplo: los
aparecidos se mueven como suelen hacerlo en las películas actuales, saltándose
fotogramas, con movimientos convulsos y borrosos. Se aprecia que los referentes
cinematográficos son mucho más actuales y Joe Hill los traslada a sus páginas
con bastante acierto, funcionan, aunque al igual que en muchas películas, abusa
un pelín de ellos, acabamos hartos de que nos diga que los muertos tiene los
ojos "tachados" (un elemento innegablemente cinematográfico).
Y aquí se acaban las diferencias. Básicamente es un
trabajo de King pero descargado de lo que le suele sobrar y con un montaje más
rápido y joven.
Temáticamente se encuadra entre los libros clásicos, si
con Salem´s lot (La hora del vampiro) se dio una vuelta de tuerca
al vampirismo, El traje del muerto lo hace con las historias de
fantasmas. Los protagonistas se ven perseguidos por una maldición de la que no
pueden librarse, como en Thinner (El maleficio).
No es demasiado original pero funciona, sobre todo en su
primer tercio produciendo desazón y preocupación en el lector. El ambiente
terrorífico está muy bien conseguido, impresiona y llega a interesar.
En la parte central la novela pierde algo de brío, es
donde Joe cae más claramente en los tics de su padre, pero al final recupera el
tono con un desenlace bastante previsible y lleno de efectismo pero funcional.
Es la típica traca final de las películas palomiteras, cumple su función y
constituye un cierre acorde al resto de la novela.
En definitiva, el espíritu King escapa de cada una de las
páginas, son muchos los dejà vú que el lector veterano encuentra en el libro,
en ocasiones puede sentir que se enfrenta a un remix veraniego de los grandes éxitos
de papá. Hay frases que parecen sacadas de El resplandor, Cujo o Desesperation,
incluso el protagonista podría ser uno de los protagonistas de Apocalipsis,
en concreto el rockero con unos años más.
Hay un detalle interesante, y es que la novela podría
estar protagonizada por un trasunto del propio King: en la descripción de Judas
Coyne encontramos muchos aspectos que serían aplicables al rey del terror,
convirtiéndose en una especie de homenaje familiar; es un vivificante juego de
espejos que gana interés si imaginamos que el protagonista, en lugar de ser un
viejo rockero satánico, es el popular autor de novelas de terror. Es divertido
descubrir la figura de King entre las descripciones de Judas.
La edición española está bastante bien: tapa dura,
precio aceptable (para lo que hay por ahí) y buena presentación. Y por una vez
han acertado al cambiar el título, mejorando el original (aunque decir esto
vulnere mis principios), es mucho mejor El traje del muerto que La
caja con forma de corazón (que sería la traducción literal), es más
representativo y sugerente. En la traducción de la novela no se encuentran
elementos que chirríen y no hay erratas destacables.
En definitiva: una novela de terror absolutamente
recomendable a los seguidores de King. Aquellos que renieguen del padre, mejor
que pasen del hijo porque encontrarán más de lo mismo; en caso de duda os
aconsejo que le deis una oportunidad, pues es una novela agradable, rápida,
divertida y bastante terrorífica. Una lectura de verano equivalente a la
superproducción de terror que llega a las pantallas cada temporada.
David Jasso
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