[ portada ] [ reseñas ] [ opinión ] [ artículos ] [ editorial ] [ nosotros ]
Julián DíezNovedades atractivas
La selección del mes
Julián Díez

 

Maureen F. McHugh
China Montaña Zhang  

Si atendemos a las referencias críticas, este libro competía por ser el de mayor impacto en el género de ciencia-ficción que quedaba por traducir al castellano. Llega China Montaña Zhang con quince años de retraso, víctima posiblemente de varias de sus propias cualidades: un supuesto contrafáctico de partida que debía parecer improbable en el momento de su publicación -y que hoy, curiosamente, no lo resulta ya tanto-, un protagonista homosexual y un tono global costumbrista en el que no hay una triste explosión para alegrar las pajaritas al lector friki.

Vamos por partes. La historia se desarrolla en un futuro cercano en el que China ha conquistado una hegemonía económica, tras una brutal crisis económica en Estados Unidos que desembocó en una revolución proletaria. Pero China no impone un comunismo a ultranza, sino la extraña versión de capitalismo salvaje combinado con colectivismo para el proletariado que conocemos hoy, y con la que efectivamente parece gozar de un rol creciente en el panorama de la economía mundial. McHugh presenta con eficacia las debilidades de ese sistema, señala aspectos como el latente racismo chino, y aprovecha para presentar unos Estados Unidos segundones, tristes y añorantes, de poética verosimilitud.

China Montaña Zhang, hijo de hispana y chino emigrado a América, quiere colarse entre las rendijas de la prosperidad china para encontrar su lugar bajo el sol. No quiere salvar a nadie, no está destinado a ninguna misión relevante, no encabezará rebelión alguna: sólo quiere conseguir un buen sueldo y poder pagarse su propio alojamiento en la Nueva York que ama. Para ello, se aprovechará de su condición de medio chino para estudiar en la metrópoli, después de diversas peripecias como constructor de casas baratas o trabajador en el círculo polar ártico.

Se trata de un personaje trazado de forma casi perfecta. Sentimental, bondadoso, inteligente, inseguro, capaz de sacar lo mejor de sí mismo en circunstancias difíciles, Zhang se compone como un retrato humano en el que casi cualquiera puede reflejarse, con sus preferencias sexuales como un detalle que únicamente sirve para invitar a la reflexión sobre la injusticia de las persecuciones homófobas.

Finalmente, hablemos de ese tono costumbrista empleado por McHugh. De la mano de protagonista, pero en particular gracias a los pequeños relatos que a modo de digresiones se entrelazan con la evolución de Zhang -la historia de una muchacha china con un problema de deformidad en el rostro, las desventuras de unos colonos marcianos y la vida de una especie de jockey de cometas voladoras- sabremos de los sueños, esperanzas y carencias de la época retratada. Una sociedad de apariencias y restricciones, en las que la posibilidad de un cambio se antoja complicada. No hay aquí el final propio de la distopía, con el fin del sistema en el horizonte o la derrota de los rebeldes; Zhang no está llamado a esa lucha, la suya es la existencia de un ciudadano corriente.

El elemento más negativo de la novela, aparte de que sus propios presupuestos le hacen caer en alguna ocasión en la monotonía, está una vez más en la presentación al lector castellano. Por enésima ocasión nos encontramos con un texto en el que hay párrafos completos que no tienen ningún sentido, y en el que es necesario realizar un esfuerzo de interpretación para captar la intención de la autora. No por frecuente es posible dejar de citar el problema: ya que parece imposible que quienes no valoran la calidad cambien o aprendan, al menos que nos sirva para valorar por contraste los esfuerzos de las editoriales que cuidan su producto.

China Montaña Zhang es una rara avis dentro de la ciencia-ficción "de género". Es un libro en el que la acción no gira sobre la "gran historia", en contra de los preceptos habituales, pero en el que se nos presenta detalladamente un entorno novedoso y unos personajes entrañables. No puedo afirmar que vaya a ser plato de cualquier gusto, pero personalmente lo disfruté durante buena parte de sus páginas, y señala un camino sólo raramente emprendido por el género, pero en el que quizá se pudieran cosechar frutos relevantes para el lector externo.

 

Archivo de La selección del mes
[ portada ] [ reseñas ] [ opinión ] [ artículos ] [ editorial ] [ nosotros ]