La
historia de los Estados Unidos de Norteamérica resulta casi más conocida por
el público español, y de otros lugares del mundo, que la propia historia de
cada uno de los países respectivos. De que la conozcamos con tanto detalle se
ha encargado fundamentalmente el cine, que, en cientos de películas, nos ha
contado por activa y por pasiva, y generalmente adecuándose muy poco a la
realidad, los principales hechos de la joven nación.
Uno
de los sucesos fundamentales para la escasa historia norteamericana es la Guerra
de Secesión. Una guerra civil en la que los estados del Sur, la Confederación,
lucharon por separarse de la Unión, los estados del Norte. Se disputaba si una
serie de estados tenían o no el derecho a separarse de los demás sin contar
con todos; es decir, si la autodeterminación era admisible. Como nos demostró
la historia, esta posibilidad fue rechazada por la fuerza de las armas.
En
esta novela, Ward Moore nos lleva a un mundo imaginario en el que el Sur ha
ganado la guerra, que pasa a denominarse "Guerra de Emancipación" en
lugar de "Guerra de Secesión", como la conocemos todos. En este
ligero cambio de denominación, Moore nos explica mejor que en muchos sesudos
tratados la historia la escriben los ganadores.
En
esa guerra se ha producido la escisión en dos del país: por un lado la Unión
en el norte, decadente y poco desarrollada debido a su condición de perdedora
de la guerra; y por otro la Confederación, pujante y más modernizada, que
mantiene un sistema político similar al apartheid que se daba en Sudáfrica. El
protagonista, Hodge Backmaker, es un joven campesino de la Unión que intenta
convertirse en historiador. Realizará un viaje iniciático desde su granja
natal hasta Nueva York, donde hará amistad con ciertas personas influyentes que
le llevarán hasta el Refugio, una especie de fundación que reúne a los
mejores cerebros del norte. Conseguido su sueño de convertirse en historiador,
nuestro protagonista es reconocido por sus colegas, incluso los de sur, por sus
estudios sobre la Guerra de Emancipación. Un descubrimiento científico vendrá
a dar nuevas perspectivas a su investigación histórica.
Moore
desarrolla un interesante marco histórico alternativo donde desgrana, con
breves pinceladas, lo que es, en esta realidad, el mundo. En 1950, década donde
trascurre la historia, España es una monarquía, Francia sigue teniendo un
Emperador -Napoleón IV- y Alemania mantiene un imperio en ultramar. Por otra
parte, Canadá no se ha independizado y sigue formando parte del Imperio Británico.
Recordemos que Gran Bretaña ayudó al sur en la realidad y por eso, como
venganza, EE.UU. conspiró contra ella para conseguir la independencia de Canadá.
En torno a 1914 ha ocurrido en Europa la Guerra de los Emperadores, en la que no
han participado los países americanos. Esta guerra es muy similar a la Primera
Guerra Mundial, sin embargo la Segunda Guerra Mundial no ha tenido lugar. La
novela es un muestrario de interesantes realidades alternativas que se mezclan más
que aceptablemente con la descripción de la nueva historia norteamericana. Al
perder la guerra, la Unión se ha convertido en una nación sin objetivos,
claramente en decadencia y con un resquemor evidente hacia sus vecinos del Sur.
Todo el esplendor y la prepotencia del pueblo yanki han bajado a cotas
desconocidas. En ambos países existe la esclavitud consentida. Ésta consiste
en que los "esclavos" firman un contrato que los ata casi de por vida
a sus patronos o "amos". Siempre pueden volver a la libertad
simplemente pagando el rescate de su contrato, una forma de manumisión que ya
se encontraba en el derecho romano.
Como
corresponde a toda ucronía, Ward Moore nos lleva a este mundo contrafactual de
la mano de un hecho decisivo en la Guerra de Secesión: la batalla de Gettysburg.
En la realidad que vivimos las tropas del Sur, capitaneadas por el general Lee,
perdieron esta decisiva batalla, lo que desencadenaría, a la postre, la perdida
de la guerra civil. Según los historiadores, decisiva en la batalla fue la
defensa de la colina denominada Little Round Top. Cuando las tropas sudistas
parecían haber dominado la situación, el coronel unionista Joshua Lawrence
Chamberlain ordenó un contraataque a bayoneta calada. Los soldados del sur
fueron sorprendidos por la inesperada resistencia y se dispersaron. Esta
escaramuza hizo posible un contraataque más amplio del norte que condicionó
que el sur perdiera la batalla.
La
proposición del autor, que es explicitada por parte de su personaje
historiador, consiste en la pérdida de la colina y la guerra posteriormente.
Puesto que los historiadores coinciden en considerar esta escaramuza como
decisiva, no es extraño que se decidiera por ese escenario concreto para
trastocar la historia conocida. El acontecimiento "jumbar" queda
bastante claro y no es cuestión de discutirlo, salvo que pensemos que un hecho
aislado no condiciona la historia.
Este
relato supone, además, una perspectiva curiosa dentro del mundo ucrónico que
pergeña. Realmente si seguimos la teoría de Moore, nosotros somos los
equivocados y, en realidad, la Unión ganó la Guerra de Secesión. Siguiendo la
teoría de la novela, estamos en un universo equivocado en el que, por medio de
la tecnología, se ha alterado el equilibrio tiempo-espacio y hemos ido a
situarnos en una rama diferente del continuum universal: es lo que se ha
definido con el término "ucronía falseada". Lo que el tiempo se
llevó es un claro ejemplo de cómo la aparición de un deus ex machina
provoca la modificación histórica. No es una ucronía pura, pero se puede
disfrutar igualmente.

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